CAPÍTULO XIII

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< Danila >

Habíamos llevado al Strigoi al almacén, a pesar de que le pedimos a Christian y Lissa que volvieran a La Hostal, ellos se negaron, querían estar cerca de nosotros, y no los culpaba, aún era de noche, podían aparecer Strigoi en cualquier parte.

- Además – dijo Christian – saben que puedo ser de utilidad en esto

- Eso es verdad – aceptó Mason – un poco de fuego puede hacer el truco

- Siempre y cuando no lo rostices Ozzera – le dijo Rose

Rose ya se había cambiado de ropa, volviendo a su traje común de entrenamiento, pude ver que no era la única feliz con el cambio de vestuario, ya que Dimitri se notaba más calmado ahora que ella iba más cubierta.

- Será mejor que empecemos de una vez – dijo Misha

- Ustedes no se acerquen demasiado – le dije a los Moroi

- Estaremos bien – me aseguró Adrian

- Ustedes tampoco deberían ser parte de esto – les dijo Dimitri a Rose y Mason

- Estas tocado, Camarada, si crees que me voy a restar de esto – dijo Rose con fiereza

- Creo que Belikov tiene razón – continuó Phill – es mejor que se queden cerca de sus amigos

A regañadientes vi como Mason arrastraba a Rose cerca de los Moroi.

- Estoy aquí en caso que me necesiten – comentó Christian con entusiasmo

Con Misha, Dimitri y Phill nos acercamos a donde el Strigoi estaba encadenado, las cadenas dejaban apenas la mitad de su pecho, cuello y cabeza al descubierto.

- Voy a matarlos a todos – amenazó

- Tus amenazas son un poco sin sentido considerando la situación – le dije

- Soy fuerte, y los mataré a todos

- Saben? – dijo Phill – las pláticas sin sentido me aburren

Con un movimiento rápido este sacó la estaca y la colocó en el cuello del Strigoi, lo suficientemente cerca para sacar unas gotas de sangre y que el monstruo sintiese los efectos de la plata.

- Dónde se llevaron a las chicas? – preguntó Phill sin rodeos

- Nunca te lo diré – le escupió el Strigoi

- Veo que no vas a cooperar – dijo Msha moviendo la cabeza de lado a lado pero con una sonrisa de satisfacción

Las siguientes horas fueron un tanto tediosas, fuimos poco a poco rompiendo el silencio del Strigoi, con ayuda de Christian, el cual estaba feliz de poder ocupar su magia, aunque él pensaba hacer mucho más que solo quemarlo un poco.

- Tómate las cosas con calma Ozzera – le dijo Rose un rato después

- Creo que ya has hecho bastante – le dijo Lissa acercándose y llevándolo al otro extremo del almacén

- Necesito salir un rato – dijo Adrian en un momento

- Ve con él Danila – me dijo Dimitri – nosotros nos encargaremos

Un poco reacio a dejar a los demás tomar en sus manos la situación, seguí a Adrian fuera del almacén, hice una rápida inspección del lugar, como era de esperar, gracias a St. Vlad, estábamos solos.

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