emocionalmente hablando

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Cuentagotas, me dicen.
Gotero inagotable.
No controlo lo que siento
y lo vuelco, incansable.

Mis emociones más fuertes
vienen como tempestad,
se derraman por mi cuerpo
inundando la ciudad.

Un huracán de letras
que golpea mi garganta,
buscando un grito
que nunca obtendrá.

Mi voz habla en mi mente,
nunca a la gente,
es por eso que creo
que la siento tan fuerte.

Lo que ven los demás
no decido mostrarlo.
Me derrumbo ante ellos
en un acto involuntario.


Y aun así no pueden notarlo.

Y el gotero vuelve a gotear
su vida, manchando
las páginas en las esquinas
para que no puedan pasar.

Y me estanco como un charco
de agua podrida
que sólo sabe matar.
Y me pisan y atraviesan
sin detenerse a mirar.

Porque aunque quiera limpiarme
sólo me vuelvo a ensuciar,
y el gotero comienza a perder.
Comienza a llorar.

Cuentagotas, me dicen,
y siempre lo harán,
porque ante el mínimo latido
mis ojos se emocionarán.

Y en lo oscuro de mi pecho
guardo en todo mi derecho
que en mi idioma no se habla,
se escribe con lágrimas
sobre un papel deshecho.

DesagotandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora