Las manos que me alzan
también quieren sofocarme.
Me mantienen erguida,
pero piden que me calle.Sigo sus pasos,
no me tambaleo.
Estoy dentro un vaso
y no puedo ver el cielo.Observo los cristales,
quiero golpearlos.
Pero sé que si hago ruido
podré molestarlos.Me hablan desde afuera
pidiendo explicaciones.
No entiendo su idioma,
y me asustan sus reacciones.Pierdo el aire poco a poco,
ya no puedo volar.
Me siento irme lejos,
a cualquier otro lugar.Sus dedos me toman
e intentan levantarme,
pero yo ya me he ido
y no podrán regresarme.