Capítulo 4 "Gastón"

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Más tarde, Amanda sale de la empresa cuando ve a Gastos esperándola a la salida. Ella suspira y cierra los ojos.

–¿Otra vez Gastón?

–Lo siento.–Apenado.–Quiero invitarte a merendar, de forma amigable.–Sonríe.–Después no volveré a molestarte.

Ella suspira y asiente.

–Esta bien.

Acepto derrotada y caminan hasta la cafetería que estaba al frente.

–Muchas gracias por aceptar Amanda, tenía miedo que me rechaces.

–Me dijiste que seria una charla amigable, no me hables de amor o de volver. Mejor que las cosas queden así.

–Esta bien Amanda, no te preocupes.

Pidieron cada uno lo que queria y se sentaron en una de las mesas.

Se quedaron charlando por un largo rato hasta que Amanda quería ir a su casa.

–Lo siento Gastón pero me voy a mi casa.

–Esta bien, adios Amanda.

Pago lo que consumió y salió de la cafetería.

Llega a la casa y cuando termino de cenar, se puso su pequeño vestido para irse a dormir y escucha que alguien toca el timbre. Frunce el ceño y busca su bata de seda. Camina hacia la puerta y se sorprende al ver a Gastón.

–¿Qué haces acá? Es muy tarde.

–Lo se es que no dejó de pensar en lo que me pasa.

Lo hace pasar y el se queda callado.

–¿Y en qué pensabas?

–En vos, en lo bien que me hace tenerte cerca.

Junta sus labios con los de ella y Amanda se quiere separar.

–No me rechaces Amanda.–Besa su cuello y la sujeta con fuerza. Le saca la bata.–Ay lo bien que te queda ese pijama.

La lleva a la cocina y la da vuelta, obteniendo una vista perfecta de su trasero, Amanda no estaba segura pero era tanta la excitación que lo dejo seguir, solamente sería una sola noche. Sintió como bajaba su braga y siente su entrepierna entrando a su entrada. Gastón besa su cuello y la toma desde la cintura, embistiendola con fuerza, Amanda empieza a largar gemidos despacios y se sostiene en el mármol. No podía verlo y le agradecía por ello. Después de unos minutos, llegan al clímax y Amanda se separa.

–Quiero volver con vos Amanda, vas a ver que soy distinto a lo que era antes.

Ella muerde su labio, no lo amaba y no entendía porque dejó que tuviera relaciones sexuales.

–No lo se… deja que lo piense.

–Déjare que lo pienses el tiempo que quieras.–Contento.

Ella asiente.

–Gastón quiero dormir ahora, lo mejor va a ser que te vayas de mi casa.

–Esta bien, cuando lo tengas decidido. Llámame.

Se va de la casa y Amanda se queda pensativa.

–Me voy a arrepentir de esto.–Suspira.–Soy una estúpida.

Al otro día, Amanda va a su empresa y Beatriz no podría creer cuando su amiga le contó lo que pasó.

–Estas loca. Ahora no te lo vas a sacar de encima.

–No le tengo miedo, es inofensivo. La verdad que no se porque hice eso.

–Ya se que es inofensivo pero es muy insistente.

–El tiene que entender que yo no lo amo.

–Tiene tan lindo físico Gastón, buen mozo pero es tan pesado.

Amanda se ríe.

–Te quedas corta, es lindo no te lo voy a negar pero es demasiado celoso.–Suspira.–Muy inseguro.

–Yo eso todavía no te lo sigo creyendo, con ese lomo, está loco.

–Dice que ahora cambio y quiere que volvamos.

–Y yo te digo la verdad, acepta. No perdes nada.

Amanda duda unos segundos y niega.

–Ay no se. No me parece.

–Ay Amanda, déjate de joder. Fíjate si ese cambio es de verdad y de paso, le sacas provecho.

–Pero cuando no pueda aguantar más…

–Le decís que ya no va para más.

–Ojala sea así de fácil.

Dulce ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora