Capítulo 22 "Salida"

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Después de unos minutos, escuchan el timbre y su amiga se pone de pie.

–Le abro y me voy, ya es obvio que es el.

Se saludan y Amanda le agradece. Camina a la puerta y la abre.

–Beatriz.

Se saludan.

–¿Ya te vas?

–Si, no pienso interrumpirlos y vos cuidala.

–Obvio que la voy a cuidar.–Animado.–Como una reina.

Se va y el cierra la puerta, camina hasta la sala y la ve sentada en el sillón.

–¿Como te fue?

Él suspira y hace una mueca.

–Parece que nada bien.

–La verdad que no pero no quiero hablar de eso.–Sonríe y la besa.–Yo solo quiero estar con vos y que nadie nos interrumpa.

–¿Estas seguro de que no quieres ir a tu trabajo?

–Muy seguro.–Acaricia su mejilla.–Le pedi a mi secretaria que se ocupe ella, no pienso atender otro paciente más hasta que vos estes bien.

–Me parece demasiado.

–Nada de eso y deja de buscar excusas.

–No son excusas, no quiero asfixiarte.

–Nada de eso amor, vos no me asfixias.

Se dan otro beso y ella asiente.

–Esta bien, no voy a poner más excusas.–Se ríe.

La abraza y le da besos en su mejilla.

–Me encantas.–Sonríe.

Amanda lo mira con una sonrisa y apoya su cabeza en su pecho.

Paso una semana y Amanda volvió al trabajo, lo mismo que Rodolfo. Las cosas entre ellos iba muy bien, los dos mientras estaban cada uno en su trabajo morían por verse.

Amanda entra a la casa y su celular empieza a sonar.

–Hola amor.

–Mi amor. Estaba pensando, ¿salimos está noche? Te invito a cenar.

–Claro que si.–Sonríe. –Te extrañe y quiero verte.

–Yo también amor, te extrañe todo el maldito día.

–¿Y esa boca? Tengo que corregirla.

–Entonces seré malo contigo así me corriges todo el tiempo.

Ella se sonroja y sonríe.

Más tarde, el la pasa a buscar con el auto y sale de su casa, sube al coche y se dan un beso.

–Hola mi amor.–Animado.–Te extrañe tanto.

Sus manos van a su cintura y se siguen besando.

–También yo.–Sonríe.

–¿A dónde vamos?

–A cualquier lugar, donde tu quieras.

–Pero a la que quiero mimar es a ti.

Se ríe y duda por un momento.

–Esta bien, conozco un lugar que sirven una comida excelente.

Arranca el motor y ella le indica cuál era el restaurante. La cena transcurrió de forma maravillosa para los dos, pasaron al postre y Rodolfo la miro seriamente.

–¿Y esa cara?

–Te miro y se me pasan mil cosas por la cabeza.

–¿Algo como?

–Amanda, hace una semana que estamos juntos y vos ya me gustaste desde hace un mes.–La mira.–No se como lo vas a tomar pero quiero que seas mi novia.

–¿Cómo lo voy a tomar?–Se ríe.–Claro que quiero ser tu novia.

El no paraba de sonreír, se acercó para darle un beso en sus labios.

Salieron del restaurante y subieron al auto.

–No era necesario que me propusieras ser tu novia.–Sonríe.–Yo pensaba que ya lo era.

–Lo se pero no quería que pensaras mal.

Sonrien y se dan un beso apasionado, sus manos van a sus muslos y ella larga un suspiro.

–Aquí no.

–¿Vamos a mi departamento?

–Esta bien.–Animada.

Más tarde, llegan al departamento y mira con atención a su casa.

–Es muy linda.

–Gracias.

La abraza desde atrás y besa su mejilla.

–Decime que te vas a quedar toda la noche conmigo.

Dulce ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora