Llegaron al bar que ellas acostumbran a ir, Beatriz se pide un whisky mientras que Amanda se pidió un martini.
–Hace tanto que no tomo.–Se ríe.
–Porque te la pasaste trabajando para tu nueva marca.–Se queja.–Ya terminaste y dentro de poco van a salir a la venta, hay que festejar.
–La verdad que si.
Brindan y Amanda toma un sorbo.
Se quedan charlando entre risas y piden algo para comer.
Rodolfo termino de guardar las cosas que tenía para guardar en otra valija, lo importante ya lo tenia guardado. Se dispuso a salir un rato para comer y entra al bar que está a la esquina de su departamento y ve a Beatriz acompañada de una mujer, optó por no acercarse al dúo, solo se limito a observar.
Amanda no dejaba de reír por las cosas que contaba Beatriz.
–No lo aguanto más a mi vecino, cualquier cosa que hace alguno del barrio quiere llamar a la policía.
–Esta grande, déjalo.
–Vos lo decis porque no vivis en mi barrio.–Se ríe.
Amanda larga una carcajada.
Rodolfo miraba la sonrisa de la mujer que estaba con su paciente, se quedó encantado con ella. Miraba atentamente todas sus facciones, su pelo caoba, su hermoso rostro. ¿Era la amiga que le dijo Beatriz? ¿Ella es Amanda? No lo sabía, quería desviar la mirada pero no podía dejar de hacerlo. Miro su sonrisa y se quedó embobado. Trato de calmarse y cierra los ojos.
–Calmate un poco Rodolfo, estas en plena crisis con tu esposa.–Calmandose.
Pidio lo que quería comer y la camarera se fue al mostrador.
Amanda ya se estaba poniendo mareada a medida que tomaba más.
–Ya me veo mañana con mucha resaca.–Se ríe.
–Y no estas muy sobria que digamos.
Amanda opta por dejar de tomar pero ya era tarde, estaba borracha.
–Menos mal que no manejo.
–Esperame que voy al baño y nos vamos.
–Bueno, pago y te espero afuera.
–Dale, esperame afuera.
Su amiga asiente y Beatriz se aleja.
Amanda como puede, paga la cuenta y sale para tomar un poco de aire. Estaba perdiendo el equilibrio y lo único que siente antes de perder la conciencia, es que alguien la agarra.
Al rato, Beatriz sale del baño y cuando sale del bar, no ve a su amiga por ningún lado, vuelve a entrar al bar para fijarse y nada.
–¿Y qué le pasó ahora?–Confundida.–¿Donde se metio?
Rodolfo la lleva a Amanda inconsciente hasta su departamento, la acuesta en su cama y solamente le quita los zapatos, la tapa y se queda mirándola por unos segundos. Sacude su cabeza, tratando de evitar cualquier pensamiento sobre la mujer que le quitó el aliento con tan solo verla, agarra una frazada que había en el placard y sale de la habitación, se desviste y queda en boxer, se acuesta en el sillón y se tapa con la frazada.
Cierra los ojos y se dispone a dormir.
Al otro día, Amanda se despierta con un terrible dolor de cabeza.
Se asustó al despertarse en un lugar que no conoce, agarra su cartera y sale de la habitación. Mira todos los rincones de la casa y cuando pasa a la sala, sus ojos se abren como platos al ver a un hombre durmiendo en el sillón.
–¿Que?
Como estaba tapado hasta la mitad de su cuerpo, vio su torso desnudo y levantó su mirada a su rostro, tenía un poco de barba. Mordió su labio y busca unas llaves para salir de la casa. Al fin sale y traga saliva, no pudo ver su cara del todo pero le parecía atractivo.
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Dulce Obsesión
RomanceLa dueña de una de las mejores marcas de cosmeticas del país, Amanda Torres. Conocera a Rodolfo Guerrero, quien atraviesa una crisis en su matrimonio. Apenas se conocen, trataran de poner resistencia pero la pasión que sienten los llevara a romper t...