Epílogo.

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Pasaron cuatro meses después de aquel incidente, las cosas iban mejor que nunca y supieron la noticia de que serían padres de un niño.

Amanda estaba en la empresa cuando Rodolfo y Beatriz hablaban.

–¿Y? ¿Ya lo compraste?

–Si.–Animado.–Estoy tan nervioso.

–No te pongas así, todo va a estar bien.

Se tranquiliza y asiente.

Más tarde, Amanda entro a la casa cuando vio en el comedor que estaba decorado.

Estaba sorprendida y sonríe.

–¿Qué es todo esto?

–Prepare todo para ti, te quiero mimar.

Besa sus labios.

Cenaron tranquilamente y Rodolfo no paraba de mirarla embobado. Terminaron la cena y el tomo sus manos.

–Amor quiero decirte algo.

Ella lo mira con intriga y se acerca.

–Estuve todo el día pensando que hacer.–Sonríe.–Creo que llego el momento de pedírtelo.

Se agacha y saca de su bolsillo una pequeña caja con terciopelo, apenas Amanda ve el anillo, lleva su mano a su boca.

–¿Amanda Torres, quieres ser mi esposa?

Amanda empieza a llorar y lo abraza.

–Claro que quiero casarme con vos.–Feliz.

–Te amo tanto.–Emocionado.

–Yo también  te amo, te amo con toda mi alma.

Le pone el anillo en su dedo y de dan un beso apasionado.

Llegaron a la casa y los dos se besan con desesperación, la alza y la lleva a la cama. Apenas la acuesta, se pone arriba y arquea una ceja.

–¿Te acordas lo que viste en mi maleta cuando fuimos a Cancún?

Ella hace memoria y sus mejillas se ponen coloradas.

–Vamos amor, lo vas a disfrutar. Yo se que te va a gustar, te vas a sentir muy bien.

Ella muerde su labio y asiente.

El sale de la cama y agarra las esposas, ella frunce el ceño.

–¿Que pasa?

–Yo pense que era otra cosa.

–¿Como que?–Se ríe.

Mira su rostro confundido y el parecio entender.

–Oh.–Se acordó.–¿Pensaste que te decía por el lubricante?–Se ríe.–Si quieres eso, amor.

–No, no.

Los dos se ríen y el suspira.

–Bueno, casi lo consigo. Tendre que conformarme con las esposas.–Sonríe.–pero lo voy a disfrutar muy bien.

Se acerca a Amanda y extiende sus brazos, poniéndolas en la encimera de la cama, le pone las esposas y besa sus labios.

–Como dije amor, vas a disfrutar muy bien esto.

Se aleja para bajar a su feminidad, apenas siente su lengua en su clítoris, larga un gemido y arquea la espalda. Dejándose llevar.

Fin

Ojalá les haya gustado la historia, estoy publicando la segunda parte de Provocame, ojalá les guste la nueva novela y muchas gracias. 😍

Dulce ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora