Pasaron dos semanas y la semana que viene, Rodolfo volvería verla a Amanda, se estaba volviendo loco por no verla, necesitaba tenerla y estaba dispuesto a poner en peligro su trabajo con total de enamorarla.
Rodolfo ya estaba en su casa y busco el número de Beatriz. Lo encontró y marco su número. Ella atendió al tercer tono.
–¿Rodolfo?
–Por favor Beatriz, tenemos que hablar.
–Pero, ¿qué pasa?
–Por favor, ¿podes después de las seis? Es sobre Amanda.
–Esta bien, nos encontramos en el Centro comercial. ¿Te parece?
–Te espero en el Starbucks del centro.
–Buenísimo, más tarde nos vemos.
Necesitaba hablarle a Beatriz sobre Amanda, es su amiga tiene que ayudarlo. Ya podía aguantar más. Le gustaba Amanda y ya estaba al límite, iba a aprovechar cuando la vea en su consultorio.
Amanda estaba en la misma situación, se sentía tan rara al pensar en su ginecólogo, muerde su labio al recordar el beso que se dio con el hace dos semanas.
–¿Qué me está pasando? No me puede gustar mi doctor.
Más tarde, Rodolfo entra a la cafetería y ve a Beatriz con dos cafés. Le entrega uno apenas se sienta.
–Gracias.
–Me llamaste para hablar de Amanda. ¿Pasa algo con ella?
–No se si te contó pero la vi hace dos semanas, la vi muy mal y la quise ayudar.
–Ella no me dijo nada.–Lo mira.
–La bese, la bese.
Beatriz lo mira sorprendida, se quedó callada.
–Me gusta mucho Amanda. No se si está bien o mal que me meta con mi paciente pero no puedo dejar de pensar en ella.
–Ah bueno.–Lo mira.–Lo que se es que dejó al novio, no estaba enamorada de el pero nunca la vi mal.
–Necesito que hables con ella, pasame su número o algo. Quiero verla.–Desesperado.
–Mierda que estas loco con mi amiga.–Sonríe.–Te re gusta.
–Me encanta, esa mujer me encanta desde que la vi en el bar con vos.
Ella larga una risa.
–Bueno te voy a dar un número pero, ¿que vas a hacer?
–Voy a invitarla a salir.
Abre los ojos como platos.
–No le digas nada de esto.
–Pero ni loca, no voy a decir nada. Lo prometo. Eso si, no me quiero imaginar cómo se va a poner Melissa.
–No me interesa lo que haga. Es la primera mujer que me hace sentir de esta manera, me siento un tonto y me encanta sentirme así, me encantó la sensación que tuve cuando la bese, es hermosa.
Rodolfo le agradece y sale de la cafetería.
Beatriz quedó sorprendida pero quería saber porque estaba mal, tomó un taxi y viajó hasta la casa de Amanda. Toca el timbre y su amiga abre la puerta. La hacen pasar y van a la sala.
–Amanda, ¿a vos te pasó algo hace unas semanas?
Amanda mira con nerviosismo a su amiga y baja la mirada.
–No pasó nada.
–Te conozco, decime que pasa.
Suspira y traga saliva.
–Antes de cortar con Gastón, discutimos y todo se fue de las manos. Estuve varios días maquillandome porque me golpeó.
Su amiga se queda sin habla y lleva sus manos a la cabeza.
–Que hijo de puta.
–Por suerte no apareció más y es mejor así.
–Pero tenes que hacer la denuncia.
–¿Para que? Hace dos semanas que no jode, ya está.
–Es un hijo de puta.–Furiosa.
–Ya esta, no volvió a aparecer y eso es lo mejor que puede pasar. Justo ese día vi al doctor Guerrero.
–¿Y?–Sonríe.
–Quiso ayudarme pero no le dije nada, terminamos besándonos.
–¿Que?
–Si, la verdad que no se que me pasa.
–¿A vos te gusta?
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Dulce Obsesión
RomansaLa dueña de una de las mejores marcas de cosmeticas del país, Amanda Torres. Conocera a Rodolfo Guerrero, quien atraviesa una crisis en su matrimonio. Apenas se conocen, trataran de poner resistencia pero la pasión que sienten los llevara a romper t...