Palomitas

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-¡Já!, sí te salió un barro.

-Cállate, Alan.

-Tienes un tercer ojo.

-...

-¡Un volcán en erupción!.

-Alan...

-¿Sí?.

-Deja de hacer bromas sobre mi grano y dame dos entradas para La torre.

-Claro, supongo que será un boleto para adulto y otro para niño.

-¿Por qué crees eso?.

-Porque uno es para ti y otro para tu pequeño amigo.

-¡Alan!.

-¿Qué?, no me digas que tendrá que ser para adulto porque tu barro ya es maduro.

-Eres insoportable. ¿Sabes? A veces siento el impulso de arrojarte mi bote de palomitas a la cabeza, pero me retracto al recordar que pagué mucho por ellas y no quiero desperdiciarlas en ti.

-Qué extraña forma de decirme que me quieres.

-¡Yo jamás dije eso!.

-La negación es solo tu mecanismo de defensa ante los sentimientos de cariño que sientes hacia mí y que no quieres expresar, pero tarde que temprano lo harás.

-No pienso discutir nuevamente por esto, adiós Alan.

-Y que te vayas solo confirma que tengo razón.

-¡Lo único que confirma es que eres desesperante!.

-Eso es lo que quieres creer para no aceptar la realidad de que te agrado.

-¡Te odio!.

-¡No es cierto, me quieres y te niegas a aceptarlo! ¡La negación, Liv, es el primer paso!.

Olivia soltó un gruñido al tiempo que se daba la vuelta y caminaba hacia la salida del lugar mientras pensaba en esas últimas palabras que Alan le había dado.

¿Negación? ¿el primer paso? ¿el primer paso de qué?.