Palomitas

30

—No puedo creer lo que acabas de hacer.

—¿De qué hablas?.

—Sabes de qué hablo.

—¿Crees que si supiera de qué hablas te preguntaría de qué hablas?.

—Sé que sabes de qué hablo.

—Si hablas de lo que acabo de hacer con esa viejita entonces no, no sé de qué me hablas.

—Fue muy, muy bajo de tu parte decirle eso de que las palomitas le ayudan a no envejecer.

—¿Tú, hablando de bajezas?, vaya ironía.

—Deja de burlarte de mi estatura y explícame por qué le dijiste eso a la pobre señora.

—Lo hice por una buena causa, verás... hace unos días comenzó la competencia por el puesto de "mejor empleado del mes", esta consiste en vender la mayor cantidad de botes de palomitas en 3 semanas, obviamente quiero ganar, y como todo buen vendedor, busqué la manera de convencer a la gente de comprar más palomitas.

—¿Usando mentiras?.

—No son mentiras, son verdades no reales.

—Alan, eso es una mentira.

—¡Ay, por favor!, todos usan mentiras para vender productos, incluso lo hacen en la tele.

—Eso no justifica el hecho de que lo que hiciste esté bien.

—Yo jamás dije que estuviera bien, al contrario, pienso que está mal mentir, pero oye, de una u otra manera tenía que vender palomitas.

—Pues deberás encontrar una manera mejor, porque no es bueno eso de andar por ahí diciendo que las palomitas te darán más años de vida o que son buenas para salud, cuando sabes perfectamente que no es así.

—Bien...

—Bien, ahora, dame un refresco mediano.

—¿No quieres unas palomitas?.

—No.

—¿Estás segura?.

—Sí, hoy no tengo muchas ganas de unas palomitas.

—Deberías comprarlas.

—Ah, ¿sí?, ¿por qué?.

—Porque si las compras encontraras al amor de tu vida, te harás millonaria y serás inmortal.

—...

—¡Y tendrás visión láser!.

—Yo me voy.

—Bien, pero después no vengas a pedirme unas palomitas porque quieres dejar de estar soltera, ser pobre y mortal, porque te haré puré con mi mirada láser.