Palomitas

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—Alan, no sabía que eras capaz de coquetear.

—¿De qué hablas?... Espera, ¿Me estabas espiando? ¡acosadora!.

—¿Qué? Claro que no, solo venía a la barra para hacer mi orden de siempre y por casualidad te vi con aquella chica de cabello rubio que atiende la otra barra, es linda, ¿te gusta?.

—Oh, hablas de Susana, es mi nueva compañera. Y siendote sincero, no sé si tomarme esta conversación como una manera indirecta de tu parte para demostrarme que estás celosa o simplemente pensar que lo dices porque dudas de que sea bueno para ligar con chicas. Espero por tu bien y la de mi dignidad de hombre que sea la primera.

—¿Tienes dignidad?.

—De verdad que tú no te cansas de romper mi corazón.

—¿De qué hablas?.

—De nada, ¿qué vas a ordenar el día de hoy?.

—Tú sabes perfectamente lo que voy a ordenar.

—Sí, lo sé, pero solo quería escucharte decirlo.

—Quiero unas palomitas de mantequilla.

—Oh, sí, música para mis oídos.