5 ¿Me das tu número?

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El día ha llegado, Danny ha estado evadiendo de mil formas la cita que le ajusté con Erika, pero ya le dije que no la puede dejar tirada, que tenga pantalones y disfrute de la oportunidad que le serví de conocer un poco más a una chica que es genial o que de una vez por todas salga del closet, esto lo hago más por molestarlo que por creer que pudiera ser cierto, pero es que él es muy tímido y necesita mi pequeño empujón, además creo que él ya dió algunos pasos, porque Kaíto me contó que no llegó a casa el día del cumpleaños de Alice y en ese entonces los vi muy juntos.

-Esa casa queda muy lejos - se queja mientras vamos en el tren.

-Pues está a la misma distancia que estaba la primera vez que fueron - le reprocho yo mientras lo miro de reojo, Kaíto no dice nada, lo que de cierta manera es acolitar mis acciones.

Recogemos a Erika y nos vamos al centro comercial, al principio los veo incómodos, pero después noto cómo se ríen mientras hacemos la fila. Nos decidimos por una película de superhéroes, yo quería terror, pero Erika se confabuló con Danny para que viéramos cualquier otra, a ninguno de los dos les gusta las de terror y como siempre, Kaíto fue imparcial así que terminamos viendo La Era de Ultrón.

Al salir del cine decidimos ir a comer un helado antes de volver a casa, la verdad me sorprende que se lleven tan bien, están muy compenetrados. Los veo a unos cuantos metros adelante, no puedo contener el impulso y sacó la cámara.

-¿Qué haces? - me pregunta Carlos que está a mi lado.

-Ya sabes que siempre la cargo.

-No creo que les guste que estés tomando fotos.

-No tienen que enterarse - le respondo con mirada pícara - además míralos, se ven muy bien juntos, tengo que inmortalizar el momento.

Mi novio no me dice nada más, aunque parece que aún no lo aprueba yo me pongo a hacer lo mío, hasta que me descubren. Sorpresivamente ahora están posando, ¡ja! Y Kaíto pensando que se enfadarían. El resto de la tarde se nos va volando, a las diez decidimos que ya era suficiente, regresamos a Erika a casa, quien no parecía querer dejar de platicar con Daniel, luego nos fuimos cada quien por su lado.

**************

Cuando a Clara se le ocurrió la brillante idea de decirle a 8cho que me invitara a salir no pude más que intentar pararlo todo haciendo que fuera evidente lo forzoso de la situación, pero no fue suficiente mi esfuerzo. En realidad pensé que sería la tarde más incomoda de mi vida y que haría esto solo por el compromiso que tenía con Clara, cómo iba a poder compartir tiempo en plan "amistad" con un chico que casi me como (la dignidad que tengo no me dejó hacerlo, pero ganas no me faltaron). Que bueno que me equivoqué.

Ellos pasaron por mí y desde ese instante se notaba que esto no iba a funcionar. Tomé mi celular para distraerme y lo primero que vi fue una nueva foto de David en Londres, me dejó pensando en cómo ha pasado el tiempo, hace ya dos años que no lo veo, supongo que la distancia ha hecho de las suyas. Miré de reojo y ví a 8cho, sabía que no podríamos ignorarnos toda la tarde así que intenté iniciar una plática lo más cordialmente posible para bajarle un poco la tensión a ese momento, si íbamos a tener que hacer esto, al menos trataría que no fuera a peor:

-Y... ¿Cómo va el canal?

-¿Disculpa? - me miró con cara de no saber de qué diablos le hablaba.

-La vez pasada, en la fiesta, me comentaste no muy a fondo que tenías un canal en YouTube y que a ello te dedicabas.

-Ah ¿sí? - me contesta confundido, al parecer no lo recuerda y si no recuerda eso, no creo que tampoco se acuerde de lo que me pidió después... - pues, va bien... un par de haters y spam, pero nada fuera de lo común - prosigue para disimular un poco su laguna mental.

Seguimos charlando hasta que en la fila para el cine me cuenta el chiste más absurdo que jamás había escuchado, la verdad no me lo aprendí pero tenía que ver con un perro y fue tal el grado de estupidez que terminé estallando en risas, en realidad nos reímos juntos como idiotas hasta que la gente empezó a mirarnos raro. La película no estuvo mal, pero mejor todavía fue el resto de tarde, hablamos de nuestros trabajos, de las tonterías que muchas personas hacen sin un verdadero motivo, de mi bello país, que es mucho más que lo que algunos piensan, hasta fingí acentos para que él comprendiera las diferencias entre regiones, incluso comimos helado juntos e hicimos de nuevo de tontos mientras Clara nos tomaba fotos.

Me da nostalgia pensar que realmente no recuerdo cuándo fue la última vez que la pasé tan bien, probablemente desde la Universidad, pero en realidad no lo puedo asegurarlo, siempre he estado tan dedicada y ocupada en que me vaya bien en lo académico o el trabajo que he dejado de lado muchas veces la diversión, no me arrepiento, porque gracias a eso he podido salir adelante, sentirme orgullosa de lo que he hecho, ayudar a mi mamá con mi trabajo, pero es un hecho que también me he privado de muchas cosas.

De todas formas aún faltaba lo mejor porque cuando llegamos a mi casa (que no es para nada mía, pero así la siento), nos despedimos de la mejor manera posible. Estábamos hablando de gastronomía:

-En Santander, uno de los departamentos, es muy característico comer "hormigas culonas" - le comento.

-¿Comer qué?

-Como lo escuchas, en realidad nunca las he provocado, pero dicen que son deliciosas - le contesto mientras miro sus cara perpleja - en realidad no sé mucho de gastronomía, me falta salir más seguido a comer, pero ahora aquí lo dudo.

-No creo que sea tan imposible: ¿por qué no me das tu número?, podríamos salir a comer, yo te enseño - me dice mirándome con una expresión entre pícara y temerosa a que lo repruebe.

What? Eso me tomó por sorpresa, la verdad es que la primera impresión que tuve de él fue completamente errónea, bueno, básicamente porque estaba borracho, el contexto es abismalmente distinto, pero es que 8cho es... No lo sé, en realidad sí quiero darle la oportunidad de conocernos mejor así que acepto.

Entro a casa, me tiro en el sofá y sonrió como idiota, Alice no está, creo que su forma de llevar el duelo es salir de fiesta cada vez que puede e invitar a chicos a su casa, realmente no me importa, que haga lo que más le guste siempre y cuando eso no hiera a nadie. Pero de cualquier forma no me puedo sacar a 8cho de la cabeza, esos ojos verdes me parecen ahora más intensos que antes, ese cabello oscuro me parece ahora parte de un misterio que quiero descubrir ... Quizá ya ha pasado suficiente tiempo desde mi última decepción amorosa y sea el momento adecuado para intentarlo de nuevo, quizá esta vez sí funcione o al menos me de cuenta a tiempo. Ya veremos. 

A que te olvidas de mí... {Fanfic sobre 8cho}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora