19 El umbral

89 10 5
                                    

Tengo los ojos pesados, todavía estoy medio dormida pero a pesar de eso se me viene a la mente la noche anterior, sin querer sonrió. Me volteo buscándolo a mi lado, pero siento su parte de la cama vacía. Abro los ojos tanto como el sueño me deja para verificar que efectivamente no está a mi lado. Me levanto envuelta en una cobija y miro lo más dulce que he visto en muchos días: está en la cocina sin camisa preparando el desayuno.

-Buenos días - me dice percatándose de mi presencia.

-Buenos días - le contesto acercándome a él, cosa que responde con un beso.

-¿Dormiste bien? - me pregunta.

-La mejor noche que he tenido últimamente - admito.

Miro los tatuajes en su torso desnudo y no puedo evitar pensar en la noche en que lo conocí. Se lo comento:

-¿Recuerdas tu técnica infalible para ligar cuando nos conocimos? - le digo con una sonrisa leve acariciando el tatuaje en su cuello.

-Ja ja ja ja ja - claramente lo recuerda - tenía que decir cualquier cosa y fue lo primero que se me ocurrió en medio de la borrachera.

-¿Quién diría que te iba a funcionar? - le doy un beso en la espalda y me paro a su lado.

Me sonríe, aunque parece estar meditabundo mientras prepara el café con leche. Seguramente se quede el resto del día y me ayude con las cosas que todavía tengo aquí, yo podría sola con ellas pero su apoyo nunca va a sobrar, después de todo, es el último día que tenemos.

Anoche, antes de que él llegara, hablé con David para ultimar detalles de mi llegada: voy a vivir en el mismo edificio que viven él y su novio Josh pero en un apartamento independiente, después de todo, sería incómodo que yo estuviera por allí merodeando en su relación de más de 2 años. Hubiera sido lindo que Danny y yo tuviésemos un noviazgo así de largo..., mejor ni lo pienso: es autoflagelarme.

-Y, ¿si tomas una ducha antes de desayunar? - me pregunta con voz trémula.

-Y, ¿si nos duchamos juntos? - le pregunto arqueando una ceja.

-Yo ya lo hice - me dice sin mirarme, pues está fijándose en los huevos revueltos.

-Está bien - le digo después de vacilar un poco.

Voy al cuarto donde duermo (bueno, más bien donde dormía hasta anoche) y busco la ropa que dejé afuera de las maletas que ya empaqué para ponérmela después de la ducha. La dejo sobre la cama y me encamino desnuda al baño.

Lo veo parado en el umbral con ese rostro triste que me parte el alma un poco más cada vez que lo veo.

-Sabes que te amo, ¿verdad? - me pregunta lúgubre.

-Por supuesto que lo sé - le digo acercándome - sé que me amas tanto como yo te amo a ti.

Nos damos un beso: uno dulce, profundo, tierno, cercano; no de amantes sino de enamorados, a pesar que tiene sus manos en mis caderas; un beso lleno de amor que ninguno de los dos quiere que se acabe; uno en el que sin darme cuenta resulto con la cara mojada, son sus lágrimas. Apartamos nuestros labios tan despacio como se puede y nos quedamos abrazados en silencio sin dejar de observar al otro mientras le limpio la cara con mis manos. Las miradas son de tristeza.

-Me ducharé rápido y desayunaremos juntos, ¿vale? - le digo sacando valor de no sé dónde.

Sin mediar palabra asiente y me suelta despacio. Se queda parado en el umbral mientras me ve caminar al baño. No puedo evitar tener un sentimiento de intriga. Justo antes de cerrar la puerta volteo y todavía está en el mismo punto disfrazando como puede una mueca para que parezca sonrisa. Se ve demasiado lúgubre.

A que te olvidas de mí... {Fanfic sobre 8cho}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora