11 Amor fraterno

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Erika tiene dignidad eso lo reconozco, Alice no. Pero esto no se trata de valores morales. Las contraté el mismo día y creo que allí fue cuando se conocieron: Erika acababa de llegar al país, venía a estudiar y trabajar, según sé estudió comunicación social y periodismo en su país natal y llegó aquí para realizar durante seis meses no sé qué diplomado, esto sucedió a principios de año, así que en teoría ya debió haber terminado o está por hacerlo. Estaba necesitada y ha mostrado ser una buena chica desde entonces, por eso la contraté. Siempre se ha desempeñado muy bien en su trabajo, es simplemente una secretaria, pero a veces la gente puede ser muy pesada y ella ha demostrado que incluso cuando ya no tiene paciencia por culpa de alguien que quiere descargar todo su odio en ella, puede reaccionar bien y llevar todo a "feliz" término, también se lleva bien con todos sus compañeros, he visto que habla con muy pocos, pero nunca la he observado enfrascada en alguna pelea interna.

También sé que vive con Alice, pero esto es porque la última me lo ha contado. Bueno, hablando de ella: no es la mujer más correcta y trabajadora pero sabe cómo contrarrestarlo. Es de esta ciudad y trabaja porque la herencia de sus padres ya se la gastó, de ese dinero solo logró sacar una carrera y la casa en la que vive, aunque si no estoy mal esa era de su abuela, que falleció por causas naturales hace tres meses y que en paz descanse. Alice le encantan las fiestas, el alcohol y el sexo, doy fe de las tres cosas y precisamente por culpa de ello me he metido en el problema que estoy ahora. Desearía no hacerlo, pero ya tengo un trato hecho y yo siempre cumplo mi palabra.

Tocan a la puerta.

-Pase - ordeno.

-Hola, me mandaste llamar- me dice Erika, ¡qué lástima tener que hacer esto!

-Sí, siéntate- obedece tranquilamente - verás, he visto tu desempeño en el puesto, eres buena, pero creo que esta empresa está buscando darle más dinamismo a cada empleado y su respectivo cargo. Hemos lanzado una nueva convocatoria para renovar personal y encontramos a personas con excelentes habilidades, algunas mucho mejor preparadas que tú. Me gusta lo que he visto de tí, pero creo que hay gente que lo puede hacer mejor, lo siento mucho pero tengo que pedirte que pases por tu liquidación y no vuelvas la próxima semana.

-¿Qué? - me mira desconcertada. Se queda pensando cada palabra que acabo de decir.

-Lo siento, pero es lo mejor para la empresa...

-¿Crees que soy tonta Manuel? ¿Es porque no me fui a la cama contigo? - me mira usando una expresión indescifrable, es una mezcla de rabia y tristeza.

-Claro que no. No se trata de eso. Hago esto porque es lo mejor para la empresa, aquí no entran mis intereses personales - me acerco a ella- aunque si quieres podemos salir este sábado y yo intento arreglar algo para ti- acaricio su mejilla.

-¡Yo no soy Alice! - con su mano sujeta fuertemente mi brazo y lo quita de su cara - porque mejor no me dices a quién más vas a despedir o ¿soy solo yo? - esta vez su mirada refleja odio.

-No te puedo dar ese tipo de información, es confidencial para la empresa - me retiro y vuelvo a mi puesto.

-¡Jum! ¡Claro! - se levanta irritada sin siquiera mirarme y sale de la oficina dando un portazo como despedida.

Es una buena chica. ¡Definitivamente le voy a cobrar con creces este favor a Alice! Su culo pagará por esto.

***************

Está anocheciendo, Erika llega a casa de Alice bastante ofuscada, sube al tercer piso de su "amiga" para contarle lo que ha pasado.

-Hola, que bueno que subiste porque tengo algo que contarte - la saluda.

-Hola, yo también tengo que contarte algo que me ha tomado por sorpresa - dice Erika mientras se sienta en el sofá.

-Ok, pero yo primero: resulta que una prima y amiga de la infancia decidió dejar Madrid y venir a vivir aquí, va a trabajar y no tiene donde quedarse, me llamó esta tarde y obviamente no le pude decir que no, entonces me toca pedirte el piso, tienes quince días para buscar uno nuevo mientras ella llega - dice Alice con rostro despreocupado.

-Ahh... pues...

-Espero que nuestra amistad no se vea empañada por esto y tú ¿Qué me ibas a contar?

-Me despidieron de la empresa.

-¡No puede ser!- dice con sorpresa, como si no lo supiera ya- ¿pero qué ha sucedido?

-Dijo Manuel que es un cambio de personal, que hay mejores personas que podrían estar allí- habla Erika desilusionada- ¿no me podría quedar un poco más de tiempo o algo? es que en realidad no tengo para dónde irme- suplica melancólica.

-Ay Dios mío... sabes que lo haría con mucho gusto, pero ya me comprometí con mi prima, a ella no le gusta vivir con nadie y pues este piso es muy pequeño para dos personas- miente la supuesta amiga que hace pocos meses le rogó por ir a vivir allí porque la casa era muy grande- igual tranquilizate, tienes quince días, estoy segura que en ese tiempo encontrarás dónde quedarte y si me necesitas me llamas y ya está.

-No crees que si hablo con tu prima la puedo hacer cambiar de opinión o llegar a un acuerdo- pregunta Erika, pensando que tal persona realmente existe.

-No, ella me lo ha pedido expresamente- contesta la arpía.

Hablan durante otro rato más sobre cómo esta supuesta familiar llegará y el único remedio es que Erika se vaya, cuando en realidad Alice no habla con sus primos desde hace años. Después Erika se va para su piso, cierra la puerta y llora amargamente sobre su vida. Llama a Daniel, pero este no le contesta, ella no lo sabe pero él está editando y sumido en su trabajo sin fijarse en su móvil, quiere que el especial "50 cosas sobre mí" salga perfecto.

Ella deja el celular tirado y se recuesta en el marco de la puerta. Se siente sola, cansada, fue un largo semestre que pudo sacar adelante con mucho esfuerzo, pensaba trabajar allí por otro tiempo y luego empezar a buscar algo mejor en la misma ciudad, después de todo le ha encantado el lugar, la comida, la música, la cultura, las personas: una en particular. Se tira encima de su cama, de las pocas cosas que son realmente suyas en esa casa, está sola por completo, por primera vez en todo este tiempo extraña su hogar y su mamá, sería genial tenerla a su lado para hablar con ella y que la alentará a seguir adelante; pero no quiere llamarla porque sabe que si lo hace la va a alertar y no quiere que ella se preocupe.

Siente su garganta hecha un nudo, los ojos encharcados en lágrimas no la dejan ver, tiene hambre pero no quiere comer, cansancio físico y mental, tristeza de probar de nuevo que los verdaderos amigos no se encuentran fácil, se culpa a sí misma por su ingenuidad creyendo que podía confiar en la bondad de los demás.

Y allí está y las horas pasan y ella solo mira a un punto incierto en la pared hasta que la oscuridad de la noche vuelve a convertirse en luz diurna. Va al baño, mira su reloj de pared, ya son las 5:30 de la mañana, mira un poco más su reloj no porque le importe la hora, sino una foto en especial que tiene en vez de número ocho. Se pregunta con nostalgia el porqué de que no le haya contestado anoche, piensa en lo incierto de su futuro, en lo efímera que es la felicidad... 

A que te olvidas de mí... {Fanfic sobre 8cho}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora