12 Atando cabos

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Hace ya tres semanas que estoy viviendo (por no decir sobreviviendo) en otro lugar, es apenas un cuartucho diminuto en el que solo entra la luz por un pequeño balcón que da a la calle, me caben exactamente las cosas que tengo, gloria a Dios no son tantas. Cuando le comenté a Danny lo que pasó se enojó a sobremanera, incluso creo que se sintió culpable, pero él es quien menos tiene la culpa en esto; si no fuera porque el espacio en su casa es tan reducido estuviera con él, pero no se puede. Aquí las cosas no están muy bien que digamos, he estado buscando trabajo y no he encontrado algo bueno, Clara intentó conseguirme uno pero quedaba tan lejos de aquí que todo el salario se me iría en tiquetes de bus. Ahora estoy de mesera en un restaurante, fue lo único que pude conseguir y es bastante malo, me da exactamente para pagar la renta y comer, los turnos son largos y agotadores, algunos clientes son un fastidio..., ahh, quizá simplemente hoy estoy odiando al mundo en general, no lo sé.

Tuve que dejar el gimnasio y las clases de danza porque no me alcanzaba el dinero. Ayer hablé con María José y me contó que tal y como lo pensé mi puesto está vacante. Le he escrito un par de veces a Alice pero siempre me evade diciendo que está muy ocupada. No creo poder soportar esto por mucho tiempo, esta situación me está superando, siento toda la carga en mis hombros y ningún lugar dónde dejarla aunque sea por un rato. No sé qué hace Danny pero parece estar muy ocupado con sus videos porque no me ha visitado en toda la semana.

Al menos he hablado con David: mi hermano que lleva dos años trabajando en Londres ha sido quien me ha escuchado en estos últimos días, él ya tiene hecha una vida allí, vive con su novio Josh desde hace un año, que por cierto es un amor, incluso me dijo que mandara una carta laboral a un medio reconocido que tiene abierta una convocatoria, es muy iluso si cree que eso va a funcionar, creo que hay muchas personas preparadas allí como para que yo resulte beneficiada con algo así, es un trabajo de ensueño ¡eso no sucede en la vida real!.

En la vida real las personas que uno cree que son sus amigas lo meten en la mierda, le dan la espalda y fingen no conocerle justo cuando más se les necesita. En la vida real se reciben las puñaladas más dolorosas de las personas que menos se cree, en la vida real no hay hadas madrinas que acompañan en las dificultades: sólo yo creo que siendo amable con el mundo voy a recibir lo mismo, cuando siempre me han regresado mierda. Soy una tonta, confío en las personas y luego me quejo de lo que sucede. Se supone que soy fuerte pero eso solo es una linda máscara para ocultarme, mis sentimientos, lo cursi que soy cuando me dejo llevar por el corazón... Con mi situación actual he estado recordándolo de nuevo, pensé que ya lo había olvidado, pero con todo esto es a quién más tengo en mente: Arturo.

Ah..., Arturo. Recuerdo cuando nos conocimos. Cita a ciegas planeanda por nuestros amigos, una hermosa velada en el centro de la ciudad que me hizo olvidar de la razón. Fue amor a primera vista, creía que tenía el mundo en mis manos cada vez que nos besábamos. Era tan elocuente en sus palabras, siempre tenía algo lindo que decirme; tan tierno y comprensivo conmigo, estaba ahí cuando lo necesitaba y cuando no también; tan guapo, era un Dios griego hecho hombre. Llegué a pensar que era perfecto. Mi vida giraba alrededor de él. No me importaba hacer sus tareas a última hora, ni ayudarle también a sus compañeros. Dos años de mi vida que perdí con un hijo de puta que me engañaba con una profesora de cuarenta años desde antes que nos conociéramos.

Pensé que desde entonces había aprendido la lección: no confiar en alguien que parece demasiado bueno. Pero no, soy la misma tonta de aquel tiempo.

Todo esto me atormenta, hasta que una llamada me salva del juicio en el que estaba recordando un pedazo grande de mierda, el único que me puede apaciguar: es su voz. No hay necesidad de entrar en explicaciones, la única persona que podría calmarme y sosegarme ni siquiera necesita un nombre, aunque tiene uno que al pronunciarse es tan melodioso como la felicidad misma.

A que te olvidas de mí... {Fanfic sobre 8cho}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora