Después de dormir por casi 12 horas, disfruto de los últimos minutos que me quedan y abro los ojos, estirándome como un gato. Parece que hubiese dormido por muchos días y mi cuerpo se siente relajado. Toda aquella extenuante rutina me había hecho dormir con un bebé pero también había dejado un dolor algo molesto en mis piernas. Justo cuando me levanto, escucho unos sonidos raros provenientes del baño. Enseguida me pongo en modo alerta y me impulso hasta quedar sentada en la cama. Noto que la luz del baño está encendida y comienzo a preguntarme quien ha invadido mi privacidad. Quiero pensar que Zack se ha escabullido y está usando el baño pero el pensamiento se esfuma de inmediato; Zack jamás haría eso. Decidida en saber quién es el intruso pongo un pie en el piso que está helado como de costumbre y camino en puntillas hasta la puerta del baño.
Un grito termina de despertarme y me hace retroceder. Delante de mí, hay una chica alta y delgada, con un líquido verde en la cara y una toalla en la cabeza. Sus ojos son color miel y tiene cejas pobladas. Viste una bata rosa así como las chicas millonarias que siempre salen en las películas con vestimenta rosada y un chihuahua de mascota.
—Disculpa, no sabía que habías despertado —explica la intrusa de manera amable—. ¡Mi nombre es Anneliese! Seré tu nueva compañera de cuarto —expresa entusiasmada.
—¿No estarás hablando enserio? —abro la boca incrédula.
—¡Si! ¿No es emocionante? —esboza una sonrisa, dejando a relucir sus dientes blanquecinos y alineados—. Seremos muy buenas amigas —corre hacia la cama, se agacha y saca una pequeña mochila que al parecer ha estado escondida allí mientras estaba durmiendo—. Aquí tengo unos regalos para ti.
— No puedo tener una compañera de cuarto—me cruzo de brazos.
—Esto es una estampilla, dicen que da buena suerte, yo no creo en esas cosas, pero de seguro te gustará —ignora mis comentarios y la coloca en la cama—. Esto es una barra de chocolate sin azúcar, perfecta para un pequeño antojo. Es útil si estás haciendo dieta —la coloca cuidadosamente en la cama—, y esto, es una biblia, para que empieces a leerla —coloca la biblia en la cama.
Llena de rabia, me acerco a la cama y tiro todo al piso. Anneliese da un respingo y se lleva las manos a la boca.
—Quiero que te salgas de esta habitación, ya —digo en un tono amenazante—. Eres una intrusa y no tolero a las intrusas —frunzo el ceño.
Su sonrisa desaparece y me mira con desaprobación.
—Tendrás que hacer más que eso para correrme —saca el pecho y se coloca las manos en la cintura—. Si no te gusta vivir conmigo, pues... —abre los brazos y esboza una media sonrisa—. Tendrás que acostumbrarte —concluye sin perder los estribos, en un tono demasiado calmado.
—Necesito usar el baño —digo pausadamente, fusilándola con la mirada—. Date prisa.
—Espera a que termine con mi ritual de belleza —regresa al baño y se asegura de trancar la puerta.
Justo cuando todo iba bien, el destino parece estar molesto por mi felicidad. Me encuentro entre 4 paredes un tanto deprimentes, sin ventanas, sólo con un piso que deja mis pies helados y una decoración nada llamativa. Y ahora, como si no fuese suficiente, añadían a un intento de súper modelo, con una sonrisa molesta, invadiendo mi privacidad y colocando regalos en mi cama-para nada agradables- además de una biblia en mi cama como si un demonio durmiese en ella todos los días. ¿Había hecho algo mal? ¿Era esto un castigo?
—¡Eso es! —exclamo victoriosa—. Ya sé cómo arreglarlo—chasqueo los dedos.
Me visto rápidamente con la única ropa que está en el closet, me miro por última vez en el espejo, acomodo algunos rizos rebeldes y salgo disparada de la habitación, dejando la puerta abierta. Algunas personas me llaman por mi nombre y me piden que no corra, pero es como si su advertencia me motivará a correr aún más deprisa.
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Recuérdame
Lãng mạnDespués de ser diagnosticada con Lupus y tomar malas decisiones, Jennifer es enviada al mejor reformatorio y centro de rehabilitación de la ciudad de Londres. Su rebeldía y actitud pedante hacen que su estadía sea un infierno hasta que conoce a Zack...