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La lluvia había cesado y por eso no tuvimos ningún inconveniente en ir al establecimiento, sin embargo, siguió lloviznando un poco al salir.

—Jihee. —Giré mi rostro al escuchar una voz ronca decir mi nombre en el pasillo.  Me encontré con cierto peliblanco con pequeños ojos rasgados y mirada felina.

Sus orbes oscuros viajaron de mi, al brazo de Jimin —que rodeaba mi cuello como se le estaba haciendo costumbre—, y así sucesivamente hasta retener la mirada en el pelinaranja.
—Yoongi. —Contesté de la misma forma que él al principio.

—¿Problemas con el agua? —preguntó con sorna, refiriéndose a mi cabello mojado.

—No te imaginas cuánto. —Iba a continuar, mas el pelinaranja aclaró falsamente su garganta, por la indiferencia de Yoongi hacia él.

—Oh, zanahoria. —El peliblanco actuó con sorpresa. Jimin arrugó el entrecejo ante aquel apodo y dejó caer sus brazos a sus costados—. Hola.

Anciano. —respondió Jimin. Reí por lo bajo, inaudible—. Hola.

De pronto, vino Hoseok dando saltos y  nos regaló esa sonrisa tan particular suya. —¡Aquí están! ¡A que no saben lo que hice!

La tensión se desvaneció y me sentía  más aliviada. Jin llegó también, encontrándonos gracias al pelinegro ruidoso. No me gusta sentir incomodidad, pero realmente no estaba en mis planes estar rodeada.
Apreté mis labios, cosa que hacía en demasía cuando el estrés hacía presencia y me sobresalté cuando dos manos se pusieron en mis hombros.

—Pequeña, ¿tú no deberías estar en clases ahora? —Me avergoncé al instante al reconocer la voz de Jin.

Miré Hoseok y Jimin, quienes hablaban de quizás un logro que el primero logró. Luego miré a Yoongi, quien me observaba con atención. A pesar del cruce de miradas, en este instante mi mente solo repetía el nombre del profesor Kim.

—Mierda. —Jin me miró con desaprobación, dado que a él no le agradaba que diga lo que él les llama "groserías"—. Es verdad. Me voy. —Y en menos de un segundo salí caminando rápidamente hacia la clase que debió empezar hace unos 5 minutos.

Con las esperanzas puestas en que el profesor haya tenido un percance obligándolo a venir tarde, abrí sin tocar.
Para mi mala suerte, él estaba allí. Al verme, cruzó sus brazos y me dedicó una dura mirada. Suspiré, bajo la mirada de los estudiantes ahí presentes.

—Señorita Lim. —habló con su fuerte voz, aunque para mi solo era irritante. Entré por completo al aula y me ubiqué frente a él, pues así lo pedía su dedo índice. —Hoy no vino a las primeras dos horas de mi clase.

—¿Usted cree que no lo sé? —Le interrumpí, apenas logrando escuchar unas tenues risas de los presentes.

—Además de contestar —elevó más su voz—, viene tarde a la mayoría de clases, y tampoco entrega sus trabajos. Sus notas están... bajas. —suspiró cerrando los ojos.

Dejé que mi expresión burlona se borrara de mi cara. Ahora me esperaba lo peor. —Espero que no...

—Diría que tendría que llevarse la materia, incluso repetir el año. Pero, por sus constantes malos comportamientos, me temo que consideraré una expulsión.

—Esto... Pero... —Cerré la boca al estar insegura de qué decir, no iba a parecer ridícula—.  Pero, si mal no recuerdo puedo subir puntos trabajando o participando en clubes. ¿Verdad? —El profesor asintió—. Y lo del comportamiento es algo que se arreglará con el tiempo, se lo aseguro.

—¿Estás diciendo que quieres participar en un club?

—¿Usted tiende a captar indirectas o siempre es así de lento? —Otra vez las tenues risas. Tapé mi boca con las dos manos. Debía trabajar en evitar las contestaciones automáticas—. Lo siento. —Kim negó, perdiendo la paciencia.

YOUR LIPS - MIN YOONGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora