VEINTIDÓS

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-¿Por qué me besaste y luego te fuiste? -lo miró-. Lo hiciste dos veces, no es justo -se cruzó de brazos-.

-Agh, ¿tan importante es eso? Fueron simples besos... Nada especial... -susurró eso último-.

-Para mí fueron especiales -dijo para después acercarse a él-.

-¿E-especiales? -lo miró haciéndose hacia atrás, sin mirar, causando que se cayera de espalda en la cama sin dejar de ver al contrario-.

-Sí, y mucho -dijo acercándose a él, recargando una rodilla en la cama en medio de las piernas del castaño y quedándose arriba de él mientras lo miraba-.

-¿Por qué...? -lo miró confundido y nervioso-.

-Porque fueron de la persona... -dijo acercándose a su rostro-. Que amo -dijo estando a tan sólo unos centímetros de los labios del castaño-.

-¿De verdad? -lo miró a los ojos mientras los suyos se llenaban de un brillo notable, el pelinegro asintió con la cabeza y se acercó aún más hasta que sus labios quedaron unidos al igual que sus cuerpos-.

El castaño sólo cerró los ojos luego de unos segundos, y correspondió a aquél beso que le proporcionó el contrario.
“Inconscientemente” sus manos se dirigieron a la cintuta del pelinegro, y las de él hacia el cuello del castaño.
De nuevo todas esas sensaciones habían vuelto, el extraño cosquilleo en el estómago, la necesidad de no querer separarse del otro jamás, seguir sintiendo esos labios tan suaves que ahora le encantaban, y también querer sentir más allá de ellos, de una forma en la que ambos se sintieran más que unidos el uno al otro.
El amor que había ahí era imposible de negar, Taehyung no podía pensar en otra cosa más que en Jungkook y en lo que ahora sentía por él, ¿en realidad era amor? No podía negarlo, aceptó que se había enamorado de él, y aunque eso debía significar algo malo para Taehyung, en realidad no importaba nada más que eso, nada más que lo que ahora sentía por él.

Ambos chicos se separaron y se miraron a los ojos, mientras miles de palabras se transmitían con tan sólo esas miradas, un corto beso en los labios del castaño proporcionado por el príncipe fue el que rompió el silencio que había ahí luego de aquél momento tan hermoso que había sucedido entre ellos.

-Tú... ¿Me amas? -lo miró a los ojos-.

-Yo... -suspiró-. No puedo hacerlo... -desvió la mirada y cerró sus ojos un momento-.

-¿Por qué no? -Preguntó mirándolo confundido-.

-Porque... Porque está mal... -respondió sin mirarlo-.

-¿Qué? ¿Porque ambos somos chicos? ¿Ah? -el castaño lo miró-.

-No, no es por eso, simplemente no puedo... Hacerlo... No quiero y... No debo... -dijo mirándolo-.

-¿Acaso hay algo que te lo prohiba? -.

-¡No! Y por favor deja de hcer preguntas... Tengo mis razones para no enamorarme... Son razones que ni a ti ni a nadie le incumben -.

-Bien, acabas de dejar eso muy claro -dijo para después levantarse y salir de la habitación-.

-No puede ser... -suspiró y cubrió su rostro con su brazo-.

Bittersweet Tragedy •Taekook•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora