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Capítulo diez. –Let me die.

Apenas salieron del Instituto, caminaron al auto de Nicholas y cuando Anna abrió la puerta trasera para subir un brazo se apoyó en el techo del auto. Ella levantó la cabeza, y se encontró con Sandy que le miró con superioridad, llegó Justin a su lado, y le besó el cuello dejándole una marca. Anna bajó la cabeza, e intentó subir al auto pero, Sandy tiró de su hombro para que eso no pasara. 

Abrió la boca para decir algo pero, al escuchar una puerta cerrarse giraron hacia la derecha, y vieron a Nicholas parado apoyado contra el auto, mirándoles fijamente. Su mirada era firme, y dura. 

Anna sonrió de lado, y miró a el hermano de su amiga, este sonrió pero sin quitar la vista de Sandy y Justin. 

Ella le miró coqueta, y le habló: 

— ¿Eres su novio? —Enarcó una ceja en forma de broma.

Nicholas negó con la cabeza. 

—Te mereces a alguien mejor, y a alguien… que por lo menos tenga un poco de belleza. —Señaló a Anna e hizo una mueca con la boca. 

La castaña bajó la cabeza. 

Le dolió. 

—Créeme, Anna es mucho más bella que tú… —Dijo Nicholas, y caminó al lado de Anna, la ayudó a entrar y cerró la puerta del auto. 

El resto del viaje fue en completo silencio, la mirada de Anna permanecía quieta en el espejo delantero, y miraba hacia donde iban. Miró hacia el espejo retrovisor que estaba pegado en el techo, y descubrió al castaño mirándole, desvió la vista en el segundo que ella lo notó. Sus mejillas tomaron un color carmesí. 

Alissya dio media vuelta la cabeza, mirando a Anna. 

— ¿Qué pasó? —Le señaló la cara. Y Anna no entiendo. — ¡Estas sonrojada! 

Nicholas rió, y la volvió a mirar a través del espejo. 

Anna le miró, y sus mejillas ardieron. Mordió su labio, nerviosa. 

Alissya enarcó una ceja, miró a su amiga, y luego a su hermano. 

Abrió la boca, la cerró, y los señaló. 

Sonrió, y le guiñó un ojo a Anna. 

—Solo voy a decir que, no me metan en el medio de nada. —Alissya sonrió, y le golpeó en el hombro a su hermano para después, sonreír abiertamente. 

{…}

Fueron a casa de Alissya, y Anna como era la invitada se ofreció a preparar el almuerzo. Era muy buena preparando pizzas, y eso era lo que haría. 

Aly fue a tomar un baño, y dejó a su amiga con su querido hermano. 

Anna preparaba la masa de las pizzas cuando sintió una presencia en la cocina, pensó en Alissya y se dio media vuelta. 

—No pensé que… —Se interrumpió a si misma cuando vio que era Nicholas. 

— ¿Qué cosa no pensaste? —Se rió. 

—Pensé que eras Alissya, y que ya había terminado de bañarse. 

Nicholas tomó un vaso de la mesada, abrió la nevera, y sacó una caja de zumo de naranja. Le ofreció a Anna pero, ella se negó. 

—Aly tarda horas en bañarse. 

Una sonrisa se expandió en la cara de Anna. 

Nicholas caminó hasta ella, y se le paró justo en frente.

Observó su cara detenidamente, y pasó una mano por su mejilla, y otra por su frente. 

Anna sintió un escalofrío recorriendo toda su espina dorsal. 

—Tenías la cara llena de harina. —Dijo, y mordió su labio. 

Anna se quedó quieta como una estatua mirando sus ojos. 

Algo que siempre le atraía sobre chicos eran sus ojos, y su sonrisa. Eso siempre sumaba puntos, pero la personalidad siempre estaba primera… Y la de Nicholas era perfecta. 

Nicholas acomodó su pelo, y queriendo salir de ese momento incómodo, ayudó a Anna a terminar los bollos de la masa para el almuerzo. 

—La chica que hoy te molestó… ¿Era Sandy? —Preguntó Nicholas mirando a Anna de reojo. 

—Sí. 

Nicholas suspiró, y bufó. 

—Sabes que todo lo que dijo es mentira, ¿no? —Dejó todo en la mesa, y se giró para poder mirarla bien. 

—Nicholas… 

—No, déjame… Ella, ha de ser una de las personas que te lastimaron. —Le acarició la cara con ternura. —Y una, de las que siempre te molestan y te insultan… Pero, ¿sabes? Eres mucho más hermosa que ella, y tu personalidad es mejor que Sandy… No es necesario conocerte desde siempre para saberlo. —Le sonrió, y Anna cerró los ojos, analizando lo que le había dicho. 

Nunca nadie, bueno… Nunca un chico, le había dicho cosa tan preciosa. 

Negó a las lágrimas que ardían en sus ojos a salir, y cuando los abrió, veía borroso. 

Una lágrima rebelde cayó y Nicholas la secó con su pulgar. 

—No llores. 

—Gracias. 

Anna abrazó a Nicholas por el cuello, y sintió los brazos de él agarrándole la cintura con delicadeza, y apretando sus labios contra su hombro. 

Le acarició el pelo del cráneo, y con dificultad se separó de él. 

Cuando lo hicieron, quedaron a pocos centímetros. 

Alissya tosió, y ambos se separaron. 

—Estoy aquí desde que él dijo que le parecías hermosa. —Alissya señaló a su hermano, y luego, a su amiga. —Fue como en las películas… Siempre alguien arruina el momento del beso. 

—No íbamos a besarnos. —Dijeron al unísono. 

—Y en las películas o novelas siempre dicen eso. —Tomó una manzana, y le dio un mordisco.

—Alissya… 

— ¿Qué? —Sonrió. —Yo sé lo que vi, y ustedes… Se llevan mejor de lo que yo pensé. 

let me dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora