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                                                             you are si mine .

Capítulo treinta y cinco. –Let me die.

Habían pasado dos semanas y media, la recuperación de Anna fue demasiado buena. Tenía algún que otro moretón por sobre su brazo pero, después las heridas estaban completamente cerradas y no parecía tan destrozada como hace tiempo atrás. 

Alissya estaba con ella en su habitación, viendo todos los vestidos que tenía para esa noche. Ambas saldrían a bailar con Justin y el nuevo novio de la Rubia, Marco. 

Como siempre, ella se encargaba de preparar la ropa, el maquillaje y el peinado mientras Anna leía algun libro, miraba televisión o iba por comida. Las dos eran tan diferentes físicamente como personalmente, tal vez es por eso que congeniaban tan bien. La castaña se tiró encima de los vestidos que Alissya había preparado y cuando la vio, soltó un grito agudo que podría haber llegado hasta China, literalmente. Anna para molestarla, ya que era algo que le gustaba hacer, rodó en la cama pero en un segundo estaba tirada en el piso y Alissya permanecía abrazando al pedazo de tela negra. 

Bufó enojada mientras se paraba y se acomodaba la remera. 

—No te metas con los vestidos ¿vale? No puedes arrugarlos, Anna. —Le dijo y los tomó de la cama, llevándolos a su percha mientras los colgaba en la puerta del baño. 

—Mis ganas de ir a bailar, desaparecieron… ¿Quieres que…? —Alissya no le dejó terminar, había dado media vuelta y se le quedó mirando atónita, estaba a punto de tirarle un almohadón en la cara si no cerraba la boca. — ¿Qué? 

—Justin fue quien te invitó, y tú dijiste que sí, ahora irás. —Era como una madre. 

—No es mi novio, puedo cancelar. 

Alissya se acomodó el pelo y suspiró. Le trataba con cuidado porque, no quería gritarle pero era tan terca que a veces, la mejor manera de hacerla entrar en razón era soltando gritos pero, pasaría esta ocasión. 

—“Duermen” juntos, se besan, se toman de la mano… ¿Y no son novios? ¿En qué mundo viven? ¡Eso lo hacen los novios! ¿Sabías? 

—Nope, Nicholas fue mi “novio” pero nunca actuamos de esa manera, así que… no… —Alissya le dijo que se callara. Anna le estaba haciendo enojar, le encantaba. Ella se ponía roja y empezaba a moverse intranquilamente por la habitación cuando se enfadaba, Anna amaba esa escena. —Estoy bromeando, Alissya, obvio que quiero ir. —Sonrió. 

— ¿Si te pregunta para que sean una pareja? —Dijo emocionada mirándola a través del espejo. 

—Le diría que no, supongo. 

— ¿Por qué, Anna? 

— ¿Tengo que repetirlo siempre? —Se tiró en la cama boca arriba y cruzó los brazos en su estómago. Si Justin tan solo le diera la idea de ser novios, la haría muy feliz pero él sería el novio más infeliz de todos. 

— ¿”Nadie quiere una novia suicida?” —Preguntó o más bien afirmó, Anna había repetido esa frase durante un mes, y ella no se había dado cuenta de que era una forma de rechazo para Justin. Por eso, él nunca le preguntó por ser algo más y capaz nunca lo haría. Sabía que la respuesta de aquella chica sería un rotundo no. —No eres suicida, créeme. 

El lugar estaba lleno de humo, luces de colores y personas bailando. La música resonaba por todo el boliche, las manos se agitaban por el aire, las risas, los gritos se escuchaban a pesar del volumen del sonido de la canción que sonaba. Había parejas, gente conociéndose, amigos, gente en grupo tomando alcohol o gente en grupo bailando, saltando, disfrutando el momento. Anna nunca había ido a ese lugar. Decían que era uno de los mejores lugares de fiestas adolescentes de Londres… Dejaron sus abrigos en una de las perchas del lugar, y caminaron hasta la barra. 

let me dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora