CAPÍTULO 2.
||El joven lobo||
ROBB—Adoro su vestido—suspiró Sansa, revolviendo su comida. Robb rodó los ojos.— Parece una princesa, como en los libros.
En el Norte, las prendas de sedas casi transparentes, como aquella chica las portaba, no se llevaban, por obvias razones. Era cierto que las prendas de cuero y lana no podían hacer frente en belleza al vestido verdoso y esponjoso de la chica, que incluso había flotado a su alrededor al caer.
—Su padre es un hombre decente—comentó su padre, concentrado en su plato.
—¿Dónde está Jon?—Inquirió Arya, estirando el cuello para mirar por encima de las cabezas.
—Jon está bien. En el fondo de salón. —masculló Robb, encontrando el cisne demasiado hecho y sin sal.
Pero no se quedaría con hambre. El salón estaba a rebosar de gente, y los criados iban y venían recogiendo y trayendo platos, a cada cual más exótico.
El rey estaba en el estrado, un poco más arriba. A él llegaban todos las recetas antes de ser servidas. Robb observó al hombre por el cual había sido nombrado. De barba negra y formas generosas, el rey había cambiado mucho, según había dicho su padre.
—Es muy hermosa—continuó Sansa. Robb era consciente del aburrimiento que para la niña suponía no conocer mundo más allá de los muros de Invernalia. Aquello, los banquetes y las muchachas de verde, estaban hechos para su hermana, no para él.
—Es tu obligación, Robb—le había dicho su madre, mientras le atusaba el pelo rizado.— Aunque no te agrade, debes escoger una esposa. Eres el heredero de Invernalia.
La parte de Invernalia lo emocionaba. Ser como su padre siempre había sido su sueño. La parte de casarse era harina de otra costal. Las obligaciones como señor eran ante todo, un honor, una oportunidad de demostrar su talento. Quedar unido para siempre a una mujer, era un engorro.
—Dará hijos sanos a su marido—añadió su madre, pensativa—. Tiene las caderas no muy estrechas y unos pechos perfectos.
Robb prefería no pensar en los pechos perfectos de nadie. Sabía lo que Theon diría, si no estuviese mesas atrás. Theon disfrutaba con el juego que suponía conquistar a las mujeres.
Es lo suficientemente noble para ser deseado por su estatus, pero no lo suficiente como para que a alguien le importe que se mantenga casto, decidió Robb. Acaban de servir ante él un magnífico guiso de cangrejo.
Para él era distinto. Tenía que seguir los pasos de su padre, y visitar burdeles o perseguir criadas habría escandalizado a Ned Stark.
Tuvo un bastardo, claro, pero fue hace muchos años y estaban en guerra. Pero de aquel enlace había nacido Jon, su medio hermano, así que aunque Catelyn lo detestara, el resultado no había sido tan horrible.
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proelium; battles. -robb stark.
Fanfiction"La vida es una batalla constante. Las personas que te rodean son batallas, fuego y tormenta. Pero podemos llegar a amarlas como son. La cosa de las batallas, ya sean contra ti mismo o contra los demás, es que se pueden perder o ganar, es inevitabl...