CAPÍTULO 47

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CAPÍTULO 47.

CAPÍTULO 47

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ROBB

Nunca se le habían dado bien las intrigas de la corte. Su padre le había enseñado a ir de frente siempre. Sin embargo, Robb se había encontrado por casualidad a punto de salir al balcón cuando escuchó dos voces muy conocidas.

—He oído cosas, Elise. Sé que no lo amas—susurraba Willas, tan hechizante como una serpiente.

Robb se detuvo, consciente de que escuchar conversaciones ajenas no era algo que haría orgulloso a su padre. A pesar de eso, no podía evitar los celos que lo enguyeron de golpe. Jamás habría esperado que Elise pudiera conspirar así con Willas.

Ambos son sureños, pensó, furioso, crecieron juntos, ¿qué te hace pensar que no irá a llorarle a él sobre ti?

Sabía que Willas lo llamaba salvaje, y estaba seguro de que Elise le daría la razón.

Decidió no querer escucharlo cuando la voz firme de Elise lo hizo cambiar de opinión.

—Olvídalo, Willas—escupió—. Robb es mcho más hombre de lo que tú jamás llegarás a ser.

Aquello lo mantuvo en su sitio, completamente desconcertado. Elise lo odiaba, jamás lo había defendido.

—Adorable. Defendiendo al salvaje—contestó él—. Hubo un tiempo en el que nosotros dos nos comprendíamos, Elise. Todo cambió por culpa del lobo.

—No. Aún no puedo creer que fueras tan ciego como para creer que sentía algo por ti.

Robb observó desde las sombras. Willas sonrió con desprecio.

—¿Y sí lo sentías por el salvaje?

Contuvo el aire durante unos segundos, fijando su atención en el semblante fiero y seguro de Elise, que a pesar de medir un par de palmos menos se mantenía tan como una reina.

—Sí—asintió ella con fogosidad—. Es valiente, generoso y justo. Lo quería. Estaba tan enamorada que habría dado mi vida por él, y sé que él habría hecho lo mismo. No importaba que jamás recordara los días de nombre de nadie, que tenga un acento tan marcado que todos se detengan un segundo para entender lo que dice, que sea insensible y frío, y hasta maleducado, que jamás escuche si tiene una idea en la cabeza. Lo quería con todo sus defectos.

Un sensación cálida le llenó el pecho al oírla hablar de él así. Era algo que no quiso explicarse, pero jamás habría creído que Elise lo conociera de aquella manera.

Los ojos de Willas relucieron de la rabia más celosa.

—Incluso a día de hoy, sigo pensando que marcharme al Norte fue la opción acertada, Willas—terminó ella con seguridad.

—Te arrepentirás—le advirtió él con la calma de un susurro.

—Lo añadiré a la lista de cosas de las que me arrepiento, Willas. Últimamente no deja de crecer.

proelium; battles. -robb stark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora