CAPÍTULO 48

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CAPÍTULO 48.

||Boda soñada||

||Boda soñada||

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Las campanas despertaron a Altojardín de su sueño. Retumbaron con alegría, despertando a los habitantes dormidos del palacio.

Robb se despertó con un horrible dolor de cabeza, maldiciendo las campanas, la boda de Willas y su existencia.

—Por los Antiguos Dioses—gruñó, removiéndose entre las finas sábanas.

Captó un leve movimiento por el rabillo del ojo y se sobresaltó, abriendo los ojos con sorpresa.

Elise tenía el cabello negro esparcido por la almohada de la misma forma que lo había estado la noche anterior. De hecho, estaba en la misma postura reservada y digna; no se había movido en toda la noche.

—Por los Antiguos Dioses—soltó, llevándose una mano al pecho por el susto. Había olvidado que la sureña había compartido el lecho con él. Los recuerdos de la noche anterior lo asaltaron con fuerza.

Observando con atención a Elise, se volvió a acostar, reparando en que los tañidos de las campanas habían cesado. El silencio volvía a reinar. Se tumbó sobre su espalda y giró el rostro, vigilando la respiración relajada de la chica.

Estaba seguro de que aquella era la primera vez que compartía cama con una dama. Algo se removió en la boca de su estómago, pero no supo entender qué significaba. Se preguntó si siempre sentiría aquel nerviosismo cuando durmiera junto a Elise cuando se casaran. 

Elise se acurrucó y murmuró algo en voz muy baja. Robb la escuchó con atención.

Si no hubiese dormido junto a él, jamás habría supuesto que Elise hablaba entre sueños. Parecía demasiado correcta como para descontrolarse de alguna manera.

—No—susurró ella. Se giró aún dormida, quedando su rostro a la vista de Robb. Tenía las cejas fruncidas y los labios entreabiertos. —No.

Robb no hizo nada. Estaba seguro de que Elise no quería que él que la viera en aquel momento, y se negaba a despertarla.

Me pregunto sobre qué sueña, se pregunto. ¿Sobre mí? ¿Sobre su abuelo?

Por favor—dijo ella, moviendo los ojos bajo los párpados.

¿Sobre aquel escudero vicioso de la casa Whitehill?

Su pensamiento sobre aquella comadreja le agrió el rostro. Detestaba a los violadores; eran de lo más bajo de la sociedad. Ni siquiera había pestañeado cuando lo mandó al Muro, aún herido por las heridas que le había infringido él mismo.

Aquello era lo que su padre habría hecho. Al menos la parte del juicio. Lo de la paliza fue un acto que no pudo contener. Al ver a Elise siendo forzada, llorando y luchando, algo muy oscuro se había despertado en él.

proelium; battles. -robb stark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora