CAPÍTULO 51

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Elise y Robb pasearon por los abarrotados callejones que olían a salitre sin dirigirse ninguna palabra pero sintiendo intensamente como se movían como uno solo. Elise solo tenía que echar un vistazo atrás para ver a Robb abrirse paso entre la gente, y a pesar de perderla de vista entre la muchedumbre, Robb siempre alcanzaba a verla en la distancia. Esperándolo en completo silencio. 

Solo los Dioses sabían qué rondaba su cabeza.

Elise le mostró el Septo del Estrellado, lugar donde sus padres se habían casado hacía veinte años, y ella los había recibido poco después. Le enseñó los barcos de guerra de su padre, que se mecían tranquilos en las aguas saladas, de velas azules y plateadas. 

Le habló de cómo los Targaryen habían encontrado las puertas de la gran ciudad abiertas y habían datado el comienzo de su reinado desde aquel día.

—El Septón Supremo rezó y se mantuvo en ayuno durante siete días y sus respectivas noches, y recibió una visión de Antigua sumida al caos si mis antepasados se resistían a la invasión, así que los recibieron y apoyaron—explicó ella, inspeccionando la ciudad a su alrededor, toda su vida y su movimiento, imaginando quizás el desastre que los antiguos Hightower habían ahorrado al aceptar a Aegon el Conquistador.

A pesar de que Robb jamás había sido tan buen estudiante como su maestre esperaba,  no encontró las lecciones de la sureña insufribles. Escuchó con paciencia y observando los detalles invisibles a sus ojos. 

—Lamento haberos aburrido—se disculpó Elise mientras retornaban a la fortaleza, mirándolo con duda.

Robb la observó y se tapó del sol del mediodía con una mano. Desde aquel ángulo, le pareció que los ojos de Elise parecían extremadamente tristes.

—Oh, no—reaccionó él, dándose cuenta de que su silencio había sido malinterpretado—. De ninguna manera ha sido ese el caso. 

Elise lo miró un segundo más y él temió haber herido sus sentimientos. 

—Nunca he sido amante de las lecciones—añadió, teniendo cuidado con escoger las palabras adecuadas—, pero he disfrutado enormemente la vuestra. 

Ante el silencio de la chica, Robb prefirió callar. No importaba cuánto cuidado pusiera en elegir sus palabras, siempre parecía hacerlo de la manera errónea. 

—Mi abuelo siempre decía que nadie sabe cómo pequeño es hasta que se encuentra en medio de Antigua.—Elise observó el reflejo dorado del sol sobre el agua del río Aguamiel y el ocupado curso de este.— Y ves a tantas personas, de todas las partes del mundo, y te das cuenta de que has vivido todo ese tiempo pensando que eres el protagonista de la historia. Pero hay millones de personas que también se creen los protagonistas de sus historias, ¿así que quién es el verdadero actor principal de esta obra? 

proelium; battles. -robb stark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora