CAPÍTULO 16

3K 267 31
                                    

CAPÍTULO 16
||La niña que moriría||

CAPÍTULO 16||La niña que moriría||

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CATELYN

Según el maestre Chrestan, que había llegado con el séquito de criados y soldados que Baelor Hightower había mandado con su hija, la niña moriría a los pocos días.

—Aunque le den leche caliente y la mantengan bajo mantas y mantas, sigue helada. Pero la fiebre la consume al mismo tiempo—le explicó a su marido. Ned se tocó la frente con un gruñido de cansancio.

—¿Y qué vamos a hacer? No puedo devolverle su cadáver a su padre—suspiró. Llevaba toda el día barriendo el bosque, en busca de los bandidos.

Catelyn frunció los finos labios.

—Robb le ha cogido mucho cariño. Nunca lo había visto comportándose así. No se ha separado de su cama en toda la noche.

El comentario pareció despertar fantasmas tras los ojos grisáceos de su marido. Había tanto que Catelyn jamás llegaría a saber de su marido...

—Las niñas también la adoran—masculló—. Sansa viste como ella siempre y Arya la sigue a todas partes. ¿Es seguro que vaya morir?

Catelyn se acurrucó en las sábanas. En el exterior, el viento era gélido y aunque había cesado la nieve, el camino seguía cubierto de un manto blanco y traicionero. Pero en la tienda, el ambiente era cálido y agradable. Pronto tendrían que levantarse, pero mientras el sol estuviese saliendo, podían disfrutar de aquello.

—El maestre dice que ha visto casos menos graves sucumbir a la fiebre, pero también ha visto casos como el suyo acabar bien. Pero no sería menos que un milagro.

Ned resopló y clavó su dura mirada en el techo, pensativo.

—Su padre no me lo perdonará, de eso puedes estar segura. Tenemos que encontrar a esos bandidos y ajusticiarlos, al menos. Si de veras muere, Baelor me exigirá sus cabezas.

—¿Y qué hay de Robb?—Preguntó ella. Lo que aquel duro hombre requiriese era un tema sin importancia para ella, pero la felicidad de su primer hijo era otra cosa.

—¿Qué hay de él?—Repuso su marido, sin comprender—Le permitiremos que llore su muerte hasta que se convierta en un adulto, y entonces le buscaremos una esposa adecuada, norteña, a ser posible.

—Robb se negará.—Catelyn negó con la cabeza—. Está enamorado de ella y está seguro de que sobrevivirá. No has visto cómo la mira, cómo se interesa por ella y cómo la cuida.

—Lo he visto—replicó Ned, obtuso—. Es el amor joven, no es la primera que lo veo.

Catelyn sonrió apenada. Cuando veía a su hijo acompañado de la chica, le costaba recordar al niño que había sostenido en sus brazos hacía dieciséis años. Se comportaba como un adulto, como el señor que sería.

proelium; battles. -robb stark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora