Capitulo VI - El principio del camino

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No pude dormir demasiada esa noche y en cuanto fue una hora aceptable me levante consciente de que ese día podía llegar a ser decisivo. Tras una ducha rápida, vestirme y tomar un ligero desayuno me acerque al centro de mandos de la base donde Natasha, Clint y Fury ya estaban esperando al resto. En cuanto llego Stark me dio uno de los uniformes de S.H.I.E.L.D., al parecer el traje que me prometió todavía estaba en proceso y para asegurarnos de que iba con ropa que me permitiera moverme libremente en caso de tener que recurrir a la violencia accedí a ponerme un traje que era  prácticamente igual al de Natasha.

Después de hacer un breve repaso al plan todos los miembros de los Vengadores subimos al aerodeslizador, a excepción de Thor que se quedo en la base por si se le necesitaba de urgencia. Todos permanecimos en silencio y atentos mientras Nat y Clint pilotaban el avión y Stark nos explicaba junto al doctor Banner como funcionaria la cámara que llevaba junto al cuello del traje. Mientras estuviera conectada ellos podrían observar lo que ocurría dentro de Roxxon desde un monitor de paneles que habían instalado dentro del aerodeslizador, además podría comunicarme con ellos por el auricular con micrófono que tenía en mi oído.

Cuando estábamos por llegar a la base de Atlanta Ojo de Alcón me dijo que me preparara, ellos me dejarían a una distancia prudente de la base y volverían a ascender a los cielos para tratar de no ser vistos. Y justo eso hicieron, una vez mis pies pisaron la hierba que rodeaba la base encubierta de Roxxon, ellos despegaron de nuevo. Había que reconocer que nadie sospecharía que dentro de un supuesto centro de investigación para estudiar enfermedades extrañas se escondía una perversa organización criminal dispuesta a todo por conseguir sus metas.

Comencé a avanzar hacia la puerta trasera del edificio de aproximadamente unas 50 plantas de altura. Sabía que Aleksander era un animal de costumbres y como tal anticipe que habría dos guardias vigilando la puerta mientras que un tercero se encontraría por los alrededores. En cuanto entre en el perímetro del guardia fui lo bastante rápida para esconderme tras un árbol y en cuanto paso por mi lado salte sobre el aplicando presion sobre determinados puntos de su cuerpo para hacer que quedara inconsciente y sin tan si quiera despeinarme, no quiero ser una engreída pero la verdad es que tengo talento.

Con un guardia menos del que ocuparme me dirigí hacia la puerta ocultándome de un lado a otro para no ser vista por los otros dos guardias que parecían estatuas, soldados inquebrantables a los que Lukkin tenía muy bien adiestrados. Sabía que por ese entonces Stark se estaría encargando de las cámaras de seguridad, así que el trabajo que quedaba me pertenecía. Me acerque con sigilo hasta que una maldita piedra me hizo hacer demasiado ruido y de inmediato ambos voltearon la cabeza hacia mí. ¡Mierda!

Actué rápido, llevaba en mi cinturón una Taser, una maquina que daba descargas, así que la utilice para librarme del primer zoquete que se me acerco, el otro me dio un poco más la lata pero tras recibir un golpe en el estomago decidí que el recreo había terminado así que después de combinar un puñetazo con una patada que impacto de lleno en su rostro me libre del segundo guardia. En ese entonces escuche la voz de Natasha en mi oído.

-     ¿Estás bien?- yo respondí con un "aja" de manera que continuo hablando- tienes vía libre para entrar, tal y como nos dijiste hay dos guardias junto al ascensor por lo que será mejor que subas por las escaleras, pero ten cuidado, en cuanto las subas te encontraras cara a cara con otro de los perros de Lukkin. Si no estamos equivocados el niño se encuentra en la planta 48.

-     Ya sabes cuál es el plan, entras lo coges y nosotros te esperaremos en tierra para que puedas subir junto con el crio. - ese fue Ojo de halcón.-¿Daena?

-          ¿sí? -dije yo.

-          Ten cuidado.

Después de estas palabras entre al edificio, sabia que ellos estaban viendo atreves de la cámara todo lo que yo veía así que no me detuve en explicarles lo que iba sucediendo. Tras dar esquinazo a los guardias del ascensor, me dirigí a las escaleras de emergencias. Subía rápido por ellas sin detenerme. Estuve a punto de ser vista en la planta numero quince y en la treinta y seis pero conseguí ocultarme lo suficientemente bien como para no ser descubierta y para cuando llegue a la planta cuarenta y ocho el aliento comenzaba a faltarme. Mi entrenamiento era el necesario pero hasta un corredor de fondo se cansaría al subir la barbaridad de escalones que yo acababa de recorrer.

The Avengers: RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora