The Avengers: Redemption

Capitulo XXI - La nueva inquilina

Caminaba por las calles de la cuidad acompañada por Ojo de Halcón, ambos íbamos con ropa informal, no queríamos llamar la atención e integrarnos entre la población era la mejor manera de averiguar lo que estaba sucediendo. El resto de los miembros del equipo también se habían dividido para ir hasta otras ciudades cercanas en las que acontecimientos similares estaban ocurriendo.

Preguntamos discretamente algunas mujeres de edad avanzada, generalmente los rumores solían circular más en ese entorno, eran alcahuetas por naturaleza aunque en este caso ni Barton, ni yo pudimos sacar nada en claro. Recorrimos la cuidad de un extremo al otro sin dar con respuestas, o al menos no más que algunas especulaciones acerca de “vampiros”, “zombis” o asesinos en serie disfrazados. ¿Pero que podíamos esperar? estábamos en Las Vegas, la gente estaba loca de por sí, intentaban dar explicaciones lógicas para que sus cerebros pudieran procesar la información que recibían, en lugar de aceptar que en la misma realidad en la que vivimos existían seres con dones especiales, naturales o implantados, como yo o como Banner, dioses como Thor, supersoladados como el Capitán América o malvados que codiciaban hacerse con el control y poder absoluto del universo. En lugar de esto, preferían dejarse el sueldo del mes en los casinos, viajar hasta aquí para casarse con un contrato que sería nulo fuera U.S.A sin  los trámites necesarios, que la mayoría de ellos desconocían, Vivian inconscientes a la realidad, soñando con un mundo perfecto que no existía.

Nos alejamos del centro donde gran cantidad de hoteles, casinos y todos tipo de locales con atractivo turístico estaban, caminábamos dirección a las afueras cuando escuchamos el grito de una mujer viniendo del fondo de un callejón que estaba oscuro debido a que el sol comenzaba a desaparecer del cielo por la hora que era.

Clint y yo corrimos al interior del estrecho callejón, mis piernas iban lo más rápido que podían intentando seguir el paso de Ojo de Halcon, quien nunca mejor dicho, parecía toda un ave rapaz al acecho de su presa. En  cuanto llegamos al final solo éramos capaces de distinguir cuatro figuras, estaba oscuro, a pesar de que el sol no había dejado paso a la noche definitivamente los edificios de los extremos eran lo suficientemente altos como para impedir que la poca luz del día que a estas horas quedaba se filtrara por algún rincón.

Podíamos escuchar los sollozos de la misteriosa mujerentre el silencio que nos rodeaba, sin embargo seguíamos sin poder ver a ninguno de sus captores. Clint me miro y con tan solo ese geste pude saber lo que estaba pensando y lo que quería que hiciésemos, asentí con mi cabeza sin realizar movimientos bruscos para no alertar a quien fuese que tuviéramos delante, ellos como si nos hubiesen leído el pensamiento se adelantaron a nuestros movimientos con gran precisión.

Esquivábamos sus golpes, solo dos de los tres que había estaban enzarzados en combate con Clint y conmigo, el otro retenía a la chica entre sus brazos mientras ella se movía inquietamente para intentar librarse del agarre. Una cosa era segura, aquellas cosas no eran humana, su complexión muscular era mucho más grande que la de cualquier humano, desprendían un olor a podredumbre que echaba para atrás y por si fuera poco su tacto era viscoso, además de que parecían tener una especie de lengua bífida por lo que pude distinguir entre los pocos clareos de luz que habían.

Aquellos seres eran condenadamente fuertes, Clint y yo apenas podíamos bloquear sus ataques, nos ganaban en número y en tamaño pero no íbamos a permitir que le hiciesen daño a un inocente y por lo que intuía esas cosas eran precisamente en base a las cuales se habían formado todo tipo de rumores por toda Nevada.

-          ¡Hazlo!- dijo el agente Barton en un grito desesperado.

-          Allá vamos- dije yo mas para mí misma que para él.