Capitulo XXXI - 48 Horas

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A la mañana siguiente desperté en mi cama con un terrible dolor de cabeza, era como algo punzante intentado entrar en ella y me dolía barbaridades. Ignorando el sufrimiento no solo sentimental me di una ducha y acudí a la sala de operaciones sin ganas algunas de ver a nadie, mucho menos a Steve Rogers, alias “el rompecorazones”.

Cuando todos los Vengadores estuvimos reunidos, Fury entro en la sala seguido de un grupo de agentes que se situaron a nuestra espalda esperando oír las nuevas órdenes del director de S.H.I.E.L.D.

- Como bien saben estamos en las fronteras de la guerra. En menos de cuarenta y ocho horas todo estallara y nosotros deberemos salvar al mundo de la destrucción y la dominación de Helblindi. Cuatro puntos electromagnéticos son nuestras posibilidades para un posible campo de batalla, sin embargo a pesar de que el posible portal situado en Washington sigue obteniendo mayor energía al resto, nuestros equipos destinados a las zonas de alerta informan que el personal de Roxxon se ha movilizado hasta Amsterdam y Barcelona.

- ¿Qué hacen allí?- pregunto el agente Barton.

- Al parecer buscan algo y si están allí no es por casualidad. Su misión señores y señoras, es impedir que encuentren aquello que buscan y obtenerlo antes que el enemigo. Sean cuidadosos, no actúen sin informar previamente y esperen hasta recibir órdenes. Procuren pasar desapercibidos, no ser descubiertos y una vez más, mantengan a salvo a la humanidad.

- ¿Algo más que debamos saber señor?- pregunto Banner.

- Eso es todo lo que necesitan. Se dividirán en dos grupos y se desplazaran a ambos puntos. Rogers, Stark, Romanoff y Banner se moverán

hasta España junto al equipo de agentes A-34. Thor, Loki, Gold y Barton, su destino son los Países Bajos, el equipo B-13 les acompañara. En una hora saldrán sus distintos vuelos. Sean sensatos y luchen por el honor y la supervivencia de nuestra especie. Antes de marcharse el señor Stark les proporcionara unos auriculares que bloquean las ondas sónicas emitidas por la señorita Gold, eliminando así la posibilidad de sufrir daños colaterales. Pueden retirarse.

Los agentes de la organización respondieron con un “sí, señor” y se marcharon supongo que comenzar a preparar el material y los equipos. Al parecer Iron Man había conseguido pulir los últimos detalles a aquellos aparatitos de escucha que iban a suponer una liberación para mí. Sabiendo que mi gente no corría peligro, contaba con vía libre para atacar sin piedad al enemigo y en estos momentos aquello era lo único que me alegraba saber.

Media hora más tarde me encontraba ayudando a subir al aerodeslizador todo lo necesario para llevar a cabo la misión. Stark acaba de repartir su invento y ya todos los agentes de la base contaban con su protección. Con mi traje de combate puesto y lista para entrar en acción esperaba que la agente Hill nos diera el visto bueno para salir hacia nuestro destino. Mientras hablaba con Thor, el Capitán América con su típico traje azulón y acompañado de su escudo paso por nuestro lado y aunque si palmeo la espalda de Thor en un acto de complicidad, a mi ni si quiera me miro y al parecer el dios del trueno se percato de ello.

- ¿Problemas?

- No, ya no, ni los habrá más, hemos terminado y te agradecería que no difundieras la noticia.

Dejándolo impactado por la noticia subí al avión ocupando mi lugar y empezando a pasarme las coreas de seguridad, pocos minutos después todos los destinados a Holanda siguieron mi ejemplo y Clint ocupo su puesto habitual a los mandos del aparato volador.

Quince minutos después de que el aerodeslizador donde Steve iba despegara, la agente Hill nos dio autorización para irnos nosotros. El viaje transcurría en tranquilidad, los agentes hablaban entre sí, Thor y Loki charlaban tranquilamente, cosa que me alegraba ver, quedaban muchos problemas que solventar entre ellos pero su relación comenzaba a ser más cordial de lo que lo había sido nunca. Clint permanecía a los mandos y yo deprimiéndome cada vez más en mi interior solo me dedicaba a mí mirar a través de una pequeña ventana, viendo el tiempo pasar. En lo que en un avión común habrían sido unas nueves horas de vuelo, en tres nosotros pisábamos suelo holandés.

The Avengers: RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora