Tus deseos son mis órdenes

Quédate conmigo

Lena estaba furiosa. No, furiosa era poco para lo enojada que estaba, literalmente había humo saliendo de ella en representación a su estado en ese momento. Luego de que Kara se marchó, Lena la estuvo buscando por largas horas y en ese momento sólo pudo dirigirse a su despacho, llamando a Samantha, quién tuvo que dejar a Ruby y a Alex terminando de preparar la sorpresa para dirigirse hasta donde se hallaba Lena. Al llegar allí la encontró marcando en su teléfono al número de Kara una vez, dos veces, cuatro veces, ¡Diez veces! Y ella simplemente no contestaba ¡La ira iba a hacerla estallar si Kara Danvers no aparecía en ese momento frente a ella! ¿Qué iba a hacer con la tonta sorpresa que le había pedido a Sam preparar para su cumpleaños? Incluso había invitado a los amigos de Kara, su madre adoptiva, su hermana, su ex ¡a Psi y a Livewire! En ese momento detuvo su andar en círculos, haciendo que Samantha la mirara con miedo.

—¿Por qué no sólo vas por ella?

—¡Porque no puedo! —la forma desesperada en que lo dijo hizo que Sam se sorprendiera, retrocediendo en su sitio —¿Crees que no lo intenté? Intenté aparecer junto a ella, intenté concentrarme para localizarla e ir con ella ¡Pero no puedo!

—Lena, cálmate.

—¡No puedo calmarme! —escupió fuego y sus ojos enrojecieron causando que Sam retrocediera hasta el punto de encontrarse contra la puerta por la que había entrado —Tengo un mal presentimiento... algo en mi pecho me lo dice.

El miedo en la mirada de Sam desapareció al instante que escuchó eso, negando con su cabeza se acercó hasta Lena y tocó su hombro alejando su mano ante el contacto debido a que Lena estaba ardiendo.

—Sólo respira un momento... nada malo va a suceder, ella sólo está molesta por... ¿por qué está molesta?

Lena golpeó su escritorio con fuerza causándole unas grietas a la madera de caoba. Haciendo aparecer su contrato en sus manos, tirándolo frente a Samantha.

—¡Es por eso! Esa fue la causa de su enojo ¡Ese estúpido papel!

—¿Qué quieres decir?

—¡No puedo mentirle! Nunca pude hacerlo... mis ojos se lo decían —Sam alzó una ceja sin comprender lo que trataba de decir —Cuando le miento cambian de color porque utilizo mi poder para contradecir lo que dice este... ¡Este estúpido papel! —lo rompió con sus manos, sin embargo al instante volvió a unirse causando que la furia de Lena aumentara y terminara por escupir fuego de nueva cuenta. Caminó en círculos durante un rato ante la atenta mirada de Sam que trataba de pensar en dónde podría estar Kara, sin embargo no la conocía del todo como para saberlo —¿Crees que trató de ir con Alex?

—De ninguna manera, ella nos hubiera llamado de ser así... ¿Qué hay de su trabajo? Quizás fue a hundirse en su escritorio —Lena sólo negó con su cabeza, por supuesto que ella había visitado todos los posibles lugares a los que Kara pudiera ir, sin embargo no se hallaba en ninguno —Entonces... sé que te vas a molestar pero... debes darle su tiempo.

Lena soltó una risa sarcástica.

—¡Te pedí que organizaras una estúpida fiesta de cumpleaños para ella! ¿Quieres que le dé tiempo? ¡Yo soy la

—Ama y señora del infierno... lo sé... pero ella es tú ama y señora así que guarda silencio y espera a que regrese —Samantha negó con la cabeza, haciendo que Lena sólo frunciera el ceño. Permanecieron un tiempo en silencio hasta que de repente Sam la miró confundida —Espera ¿No querías esto desde un principio?

—¿Qué quieres decir?

—Hace tres meses fuiste a mi oficina hecha una furia, diciendo que querías que buscara una falla en el contrato para que así no tuvieras que ser su novia o lo que sea... y ahora de repente estás exaltada porque ella desapareció ¿no es lo que querías? ¿Que ella desapareciera y tuvieras tu tan ansiada libertad? Bueno, acaba pedirte que te alejes... —Sam tomó el contrato, buscando la sección de pertenencia sin embargo Lena con un movimiento de su mano lo hizo desaparecer —¡Hey!