Pasado

15.3K 1.2K 608
                                    

¿Por qué Kara nunca le habló de su pasado? ¿Acaso ocultaba algo muy terrible? ¿Fue secuestrada? ¿Su tía era una asesina serial? ¡¿Su tía había hecho un trato con ella o algo?! No, lo recordaría, no podía ser ¿Por qué no se lo contaba? Ella era lo más terrible que podría sucederle a un católico, no la asustaría. No había parado de pensar en eso durante todo el día. Esa misma noche llegó al departamento de la rubia, encontrándola en el sofá, hablando por teléfono con alguien, su madre adoptiva, suponía.

—Sí... hablé con Alex en la tarde... no, no debes preocuparte, Eliza... sí... lo sé, sí ¡justo acaba de llegar! Ella también quiere conocerte... quizás puedes venir para mi cumpleaños, tendremos una cena familiar y la conocerás... Lena es increíble —por supuesto que lo era, era el demonio, aplaudía y hacía maravillas —Sí... yo también te extraño, quería visitarte el próximo mes o cuando tenga vacaciones... owww, claro, no hay problema, te quiero también, adiós —Kara la miró con una sonrisa —¡Bienvenida a casa, cariño!

—Sí... a "casa", con mi "novia".

Lena hizo comillas con sus manos ganándose un gesto de confusión por parte de Kara.

—¿Sucede algo?

—¿Acaso algún día ibas a decirme que eres adoptada?

Kara la miró con sorpresa, sin embargo luego de unos segundos se alzó de hombros.

—Pensé que lo sabías "todo" sobre mí, o al menos eso fue lo que dijiste cuando nos conocimos —Lena estrechó sus ojos ante aquella cutre defensa de su parte —Pero sí... los Danvers me adoptaron, tenía trece años cuando eso sucedió ¿Por qué te molesta?

—¡Oh, no me molesta! —se cruzó de brazos, mirando a Kara con su ceño aun fruncido —Sólo me parece una falta de respeto que tú sepas exactamente quién soy y yo no tenga idea de quién eres.

—Pero... literalmente puedes leer mi mente y saberlo todo ¿No es así?

—¡Me ofendes! Se supone que soy tu pareja, deberíamos tener la confianza para... hablar de esto o lo que sea —Kara asintió con la cabeza, comprendiendo su punto —Sin embargo sólo has hecho la vista gorda acerca de eso.

—Tienes razón... es sólo, realmente no me gusta hablar del tema, preferiría que leyeras mi mente.

—¡No voy a-

—¡Más importante! —Kara la interrumpió, ganándose una mirada de reproche de su parte, pero aquello no pareció importarle para nada a la rubia —¡Salimos en el periódico! En la sección de farándula ¿Puedes creerlo? Agh, Cat hizo de las suyas, estuvo todo el día de hoy haciéndome preguntas acerca de ti, yo te pedí que la hicieras olvidar lo de ese día para que no hiciera noticia del hecho y ahora la prensa local hizo que se enterara sin más... ¡Y estuvo recriminándome porque ella no obtuvo la primicia! ¿Puedes creerlo?

Lena permaneció en silencio por uno minutos, mirando a Kara con una de sus cejas alzadas. Estuvo en su sitio con sus brazos cruzados sin moverse por al menos cinco minutos hasta que por fin habló.

—¿Crees que me importa saber lo que hable tu jefa o los medios de mí? —la rubia hizo un movimiento con su cabeza de estarlo pensando, sin embargo antes de que hablara Lena la interrumpió —¡No me importa! Ni siquiera saben quién soy en realidad, pero lo que sí me importa es saber ¡¿Quién-eres-tú?!

—¡Soy Kara!

—¿Sólo Kara?

—No me gusta hablar de mi pasado, Lena, sólo mira dentro de mi mente o lo que quieras.

Fue el turno de Kara para cruzarse de brazos y Lena la miró con un gesto de reproche.

—¿Así que eso es la confianza para ti, sólo dejarme mirar en tu mente sin más? ¿No vamos a hablar de lo que sucede? ¿No vas a decirme nada? —¿Acaso estaba haciéndole una escena a Kara? Oh sí, vaya que lo estaba haciendo y la rubia sólo permanecía en el sofá, mirando algún punto en la mesita de café frente a ella, ignorando las quejas de Lena —¡Muy bien, si eso es lo que quieres, hagámoslo! —Lena apareció sobre Kara en el sofá, quien se sorprendió ante el hecho. La pelinegra la miro fijamente y cuando Kara iba a preguntarle qué hacía con exactitud, Lena le dio un toque; apenas un roce; en la frente que la hizo soltar un gemido de dolor —Veamos todo lo que hay en tu mente ¡Todo! —sus ojos se tornaron rojos y sin darse cuenta estaba lastimando a la rubia pues realizar ese tipo de "observaciones" mientras la rubia no estaba preparada o durmiendo bien que podía causarle algo peor que una simple jaqueca. Kara sostuvo con fuerza un cojín, permaneciendo con sus ojos totalmente abiertos y mirando a los ojos a Lena, quien sonreía con sadismo —Te haré ver toda tu vida en un simple suspiro.

Tus deseos son mis órdenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora