We're the same ·vhope·

Pereza

[Pereza] Del latín Pigritia. Negligencia a realizar actividades. Ser improductivo. Es un pecado capital.

De nuevo estaba sucediendo.

He aquí la triste situación en la que vivía estancado por casi cinco años. Sentado en mi linda y asquerosamente cara silla de piel, frente a mi escritorio. Las codos recargados en el y mis ojos clavados en alguna parte del despacho como si cortara todo a mi paso.

Movía mis dedos inquietamente, una ansiedad me carcomía por dentro, pero mi rostro no lo reflejaba. Siempre tan neutro y despreocupado. Tal vez me veía un poco enojado.

Alguien tocó la puerta.

— Adelante.

— Señor Jung. La familia Choi está aquí para dar sus condolencias. ¿Desea que suban?

— No.

Mierda, no quería ver a nadie. No quería las condolencias de nadie, no las necesitaba. ¿Realmente les importaba la muerte de Haneul? No, claro que no. Las familias ricas siempre quieren quedar bien.

— De acuerdo Señor Jung —y salió, dejándome solo otra vez. Con una ola de pensamientos que solo me dejaban más destruido de lo que ya podía estar.

Mi teléfono empezó a sonar. ¿En serio? ¿Ahora que quería estar solo todos tenían que llamar e interrumpir?

— Jung Hoseok, ¿Qué sucede? —dije mi repetido tono de contestación.

— Hoseok, me preguntaba si querrías firmar los papeles para el permiso de la construcción.

¿En serio? —Joder, ¿es eso tan importante? —exploté— Puedes mandar todo eso a la mierda ahora, jódete, tú y todo tu equipo. No me interesa.

— Hoseok, sé que pasas por un momento difícil, pero no es la excusa para tratarme de esa manera —tenía un toque de comprensión en su voz, como si sintiera lastima por mi. Joder, eso me enfermaba más.

— ¿¡Acaso no escuchaste?! ¡Mándalo a la mierda hasta nuevo aviso! —algunas lagrimas realmente empezaban a picar mis ojos como amenaza de salir.

— De acuerdo Hoseok... Lamento mucho tu perdida. —No necesitaba más mierda comprensiva. Colgué.

Tiré el celular en el escritorio con mucho desespero. En este momento todos podían joderse.

Recargué mis codos aún más en el escritorio y tomé mis cabellos entre mis manos. Tenía tanto enojo dentro de mi. Tanta furia que sabía que tarde o temprano me haría perder la cabeza.

Recordé la boda con Haneul, la primera vez que la besé. Nuestra primera cita. Cuando la vi por primera vez y sentí tantas cosas. Sabía que podía ser una zorra, una caprichosa y que estaba tan cuerda como yo. Era tan mala como yo. Todo eso lo sabía, pero cuando Taehyung dijo que intentó asesinarlo no pude.

Lloré mientras tomaba mis cabellos con fuerza y tenía espasmos. 

Sabía que la extrañaría, había sido mi compañera por casi tres años. Relativamente no mucho tiempo, pero joder. La amé demasiado.

Todo había estado tan bien, pensábamos tener hijos. Envejecer juntos y hacer cosas que parejas casadas hacían. Ver a nuestros hijos crecer, nuestros nietos. Tal vez mudarnos a alguna playa cuando estuviéramos lo suficientemente hartos de la ciudad.

Eso ya no pasaría.

¿Cuando es que dejé de atenderla? La descuidé. Sé que fue mi culpa que ella se volviera una zorra y manipuladora de primera, fue nuestra culpa. Lo echamos a perder.