Ellos eran parte del infierno |FINAL|

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Tumbado en su cama. Mirando la TV. Ni un aire de motivación por salir.

Desde que Hoseok lo había despedido y le había pedido que se largara de su vida se sentía como si incluso la suya hubiese desaparecido.

Le era difícil dormir, le era difícil incluso respirar y cargar con su vida en estos momentos.

Hoseok le había robado algo. Más allá del cliché de robar el corazón él le había robado su sentido de vivir, y tenía todo el derecho de hacerlo. Era lo mínimo que merecía después de lo que había hecho.

Asesinar a alguien nunca le había pesado tanto.

Debería de tener miedo porque Hoseok podía entregarlo a la policía. Si, él podía hacerlo, pero no lo haría. En todo caso ambos saldrían perdiendo.

Taehyung nunca se había sentido así y menos por alguien. Su corazón era débil, pero testarudo y no dejaba que nadie lo pulverizara de nuevo. Se había hecho lo suficientemente duro para no dejar entrar a cualquiera.

Pero Hoseok no era cualquiera.

Se estaba dando cuenta de que estaba tocando el fondo, él estaba hundido, había llegado a lo más profundo de su depresión y no sabía como salir. 

Se estaba resignando a no volver a verlo nunca más.

Posiblemente Hoseok lo odiará por el resto de su vida.

— ¿A quién le interesa? —Tomó la botella de vodka y le dio un trago enorme, aquel picor en su garganta le daba placer.

Entonces alguien tocó el timbre.

Lo escuchó sonar un par de veces más hasta que aceptó la idea de levantarse. Cerró la botella y la puso justo en la barra de la cocina cuando ya estuvo parado y en camino hacia la puerta.

Eras las putas dos de la madrugada, ¿Quién lo visitaría ahora?

Entrando un poco en desconfianza tomó su arma con silenciador y la colocó atrás de sus vaqueros. Estaba listo para disparar si era necesario.

Empezó a destrabar la puerta y cuando su mano estaba lista para girar de la perilla un sudor frío le recorrió la nuca.

Podía ser cualquiera con ganas de asesinarlo. La idea de un Hoseok enojado con tres armas de fuego en su puerta sonaba bastante real.

Abrió la puerta.

Si era Hoseok, pero no estaba enojado ni portaba un arma—un arma a la vista. Su rostro era frío y calculador, casi como si la visita no estuviera completamente fuera de lugar.

— ¿Vas a dejarme pasar? —se podía notar el disgusto en su voz.

— ¿Qué se le ofrece señor Jun... Ah, si es verdad. No trabajo más para ti, lárgate.

Sin preguntar ni preocuparse lo empujó y pasó de largo hacia su sala. 

— Vaya modales, señor Jung. ¿Quiere algo de tomar su majestad? ¿O que le bese el trasero? —dejó el arma en la barra de la cocina.

— Has estado tomando, ¿cierto? —se seguía viendo bastante neutral y serio. Seguía los movimientos de Taehyung al dejar el arma en la barra.

— Sinceramente y con todo respeto, pero que te importe un cacahuate lo que yo haga.

— Él que debería de estar enojado soy yo, no tú ¿Cómo mierda te atreves?

— ¿Perdón? Tú me rompiste el corazón dos veces. Tú me utilizaste por tantos años a tu antojo y cuando por fin estuviste satisfecho me echaste como un puto perro a la calle.

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⏰ Última actualización: May 25, 2018 ⏰

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