Lyra no se esperaba que un chico tímido llamase a la puerta de su estudio preguntando si podría enseñarle a bailar.
Aviso: historia corta que te sacará más de una sonrisa.
Lyra se dirigió a los altavoces con pasos ligeros pero cansados.
Adoraba esa canción, pero después de oírla mínimo diez veces, tres días a la semana, su puesto en "Las canciones favoritas de Lyra" no dejaba de bajar. Exhaló un suspiro de alivio cuando el silencio inundó el estudio, y se dispuso a estirar.
Uno a uno, sus músculos fueron liberando la tensión, y cuando su espalda crujió, Lyra dejó escapar un pequeño ruidito de satisfacción. Sus respiraciones entrecortadas eran lo único que se oía, y ella disfrutó de ese pequeño momento de silencio, cerrando los ojos.
Cuando bailaba, era como si el mundo se desvaneciese, como si todas las emociones que guardaba embotelladas en su interior fueran capaces de escapar.
Cuando hubo recogido todas sus cosas, no pudo evitar mirar con melancolía las marcas que diversos pies, zapatos de claqué, puntas de ballet... y muchos otros más habían dejado en el antes impoluto parqué. Quién sabía los personajes que habían pasado por ahí, dejando cada uno su pequeña marca, imprimiendo carácter al casi abandonado estudio de baile.
Incapaz de resistirse, por alguna razón que desconocía pero que no tenía la menor intención de averiguar, dejó caer su bolsa y se tumbó en el suelo, sin importarle que su cabellera rubia se ensuciase. Total, iba a ducharse en cuanto llegase a casa. Cerró los ojos y se dejó llevar.
Y así fue como él la encontró: inmersa en su pequeña burbuja, tarareando una canción desconocida cuya letra se sabía a la perfección.
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hola! espero que disfrutéis este pequeño proyecto! la verdad es que es mi primera vez escribiendo algo así y estoy muy emocionada de compartirlo con vosotros. un besazo muy fuerte y que sepáis que si dejarais un votito me haríais el día. dux se despide :)
