Diego

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11 hrs. Tirado en la cama. 11 hrs. Observando el gran techo de vidrio perfectamente limpio y brillante. Y empañado por la lluvia.
El azulado tapiz de las paredes hace una combinación perfecta. Pacífica.

Intento dormir, pero es casi imposible por las ruidosas gotas de agua. Y el viento helado. Hacen tanto ruido que el tiempo va cada vez más lento. Quiero que pare. Quiero todo en silencio total. Quiero gritarle al cielo que deje de llorar solo porque esta deprimido.
Pero no puedo. Estoy resignado. Cierro los ojos y pongo atención al sonido que, literalmente, inunda mis oidos. Lo estoy disfrutando. Pierdo la noción del tiempo y para cuando me doy cuenta la lluvia ha cesado. Estoy en silencio y eso también me gusta.

***

Es un día nuevo, una mañana  silenciosa. Un nuevo día en una nueva escuela con nuevas personas... Estoy nervioso. Me visto de azul porque me inspira tranquilidad, pero las piernas aún me tiemblan. No importa, todo será mejor que antes.

Salgo de casa con el estomago lleno, ropa azul y unas piernas de gelatina. Ben grita que todo esta bien, que no me preocupe porque algo va a pasar y ese algo será muy bueno, pero yo no estoy tan seguro.
Tomo el camión que me lleva hasta el cerro donde, por alguna loca razón, se encuentra la escuela. Observo por la ventana todos los colores del amanecer que delatan todos los detalles que antes estaban ocultos. Trato de no quedarme dormido. Alguien se sienta junto a mi y va resando algo entre dientes, espero a que se calle, pero no lo hace. Sea lo que sea que este diciendo seguro es más largo que el Padre Nuestro. Lo miro de reojo para asegurarme de que no es algún tipo de asesino, secuestrador, violador... O todo al mismo tiempo. Pero cuando lo veo no parece una mala persona, solo se ve molesto y congelado. No me doy cuenta de que me le he quedado viendo hasta que él me mira también.  Tiene los ojos grises.

-Disculpa, ¿Sabes llegar al plantel Río Santiago?

DiennyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora