Hace mucho frío.
El tipo odioso medio violador medio secuestrador se ha quedado atrás.
Camino solo por la carretera y eso me hace temblar aún más sin mencionar que por cada segundo que pasa, una parte de mi cuerpo se congela.
Siento algo de calor en la espalda. No es muy grande ni muy pesado, pero es un alivio casi total. El calor me inunda, como cuando la abuela me abrazaba después de la escuela.
Pero esto huele diferente. Es como ¿suavitel?, no, esto es menos dulce, esto huele fresco, como a campo y pintura.
-¿Estás mejor así? - El chico del camión. ¿En que momento apareció otra vez?. Vamos Diego, no puedes ser grosero, calmate y dale las gracias, sonrie... No como un idiota, idiota.
-Gracias, pero no tengo frío.
-Bueno, puedes regresarlo cuando lleguemos a donde sea que este la escuela.
Este chico es amable. Lo suficientemente amable para hacerlo parecer aterrador.
No sé si estoy exagerando. Ben no sospecha nada de él, no le parece extraño o aterrador. Para él, solo es un tipo amable que nos prestó su suéter antes de morir de hipotermia.
Caminamos en silencio hasta que vimos un domo de lámina... La verdad no tengo idea de que material es.
-Esa es la escuela.
Señalo el domo al otro extremo de la carretera. No sé si el chico me esta viendo, pero, por lo menos, si se pierde no será mi culpa.
Sigo caminando y escucho pasos tras de mi.
El piso ahora es de "granito" y ligeramente más enpinado. La caseta de vigilancia es pequeña. Tan pequeña que solo pueden entrar dos o tres personas que no podrían moverse más de 8 cm. Hay una mesa con dos hojas y dos plumas.
Me acerco a la mesa y escribo mi nombre en una de las hojas. El chico del camión esta parado a mi izquierda. Observa la hoja, la acosa. Toma la pluma en camara lenta y escribe sobre la hoja.
Parece un fenómeno.
No voy a esperar a un medio acosador medio fenómeno.
Camino. El suelo ahora es de concreto y esta aún más enpinado. Camino del lado de las plantas y trato de controlar mi respiración. Estoy muy cansado pero ya no tengo frío.
Más adelante hay dos o tres chicos que comienzan a desaparecer de mi campo de visión. Supongo que estan bajando. La subida parace eterna y ahora estoy mucho más cansado.
Ya no escucho al chico del camión. Debió quedarse observando la complejidad de la pluma o algo así, sea lo que sea, ya no importa.
Puedo ver el primer edificio de la escuela. Es de color azul, es lindo. Sigo caminando y entonces me doy cuenta de que aún tengo la chamarra, que no sabía que era chamarra, de aquél chico extraño. No puedo tenerla por todo el día, pero no quiero esperar a que aparezca. No importa, seguro él me buscará para regresarle su chamarra.
Sigo caminando hasta el tercer edificio. El edificio de los "primeros". Desarrollo esta en el primer piso y calidad esta arriba. Ben alguna vez me dijo que los de desarrollo y calidad se odiaban. Supongo que es por los apodos.
Cuando entro al tercer edificio busco con la mirada un salón que tenga escrito "103 C", pero no hay ninguno. Lo que hay son letreros de "zona libre de humo de tabaco" y una o dos personas por salón.
-¿Primerizo?
Una voz ronca hace que casi me caiga del susto. Lo miro, el dueño de esa voz es un hombre más viejo que joven. Usa un uniforme azul marino y una gorra. Es el prefecto.
-Ah, si. Busco el salon 103 C.
-Pasillo izquierdo, penúltima puerta.
-Se lo agradezco.
El hombre sonríe y da medía vuelta. Yo camino a la izquierda y me aproximo a la penúltima puerta. El salón esta a menos de 4 metros del baño de hombres.
Perfecto.
No pienso que sean muy sucios pero tampoco creo que lo que hagan huela a flores.
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Dienny
RandomLa libertad es lo que hacemos con lo que nos han hecho. La vida sin amor es complicada si analizamos lo que hubo antes y lo que hay ahora. Diego lo sabe, sobrevive junto a su gato, Orion, y su mejor amigo, Beny, que no es exactamente otra persona...