Diego. 13

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 Resulta que si había otro piso, mas bien, una terraza muy bonita y grande. Seis cables con focos de luz cálida cuelgan de lado a lado, sosteniéndose de un par de rejas altas y negras. Es un lugar agradable y extrañamente cálido. Es la misma ambientación que en cualquier película romántica.

-¿Quieres algo de tomar?

-¿Vino?

-Supongo que tinto- dice y se encoge de hombros para después caminar a una esquina techada. No se si tomar vino (y tinto) en casa de un medio desconocido sea una buena idea. Realmente es una mala idea pero ¿qué más da? él se ofreció y yo acepté. 

Me siento en un sillón tejido color chocolate, de esos que puedes encontrar en la casa de los abuelos y que huelen a bambú, aún cuando sean de cualquier otro material barato. Los cojines son grandes y del mismo color, son bastante cómodos y huelen a lavanda, como Danny. ¿Por qué será que cuando estas pensando en alguien a veces  ese alguien aparece mágicamente? Él se sienta junto a mi, tiene dos vasos en la mano, el contenido de los vasos burbujea y huele dulce. Me ofrece uno y yo lo tomo.

-Bueno, en mi cantina solo existe refresco, agua mineral y agua común, así que... solo imagina que estas tomando vino tinto en una de esas hermosas copas que hacen ruido cuando rosas tu dedo por el borde. Una ilusión muy elegante ¿no lo crees?. 

Imagino la escena y comienzo a reír por lo bajo. Danny tiene ideas raras.

-Sería como estar en una especie de cena romántica. -digo sin pensar. La risa de Danny es dulce, silenciosa y fuerte a la vez.

Continuamos hablando de casi cualquier tema, escuela, música, libros, películas, comida, animales, arte... hablamos de todo menos de la familia.

 Un par de horas después, estábamos  acostados  en el suelo, con las luces apagadas, en silencio y mirando a un cielo oscuro. Quiero preguntar por lo que paso en la galería, quiero saber si hablar de lo que sea que paso ahí lo hará sentir mejor... o solo aliviará mi ignorancia.

-Me gusta el silencio - dice de repente - me hace sentir tranquilo conmigo mismo, creo. Me relaja y...- deja la frase flotando, como si tuviera algún error de código - bueno, simplemente me gusta... Sé que quieres preguntar por lo que paso hoy en la galería y no sé por qué no lo has hecho aún pero sea cual sea la razón ya no importa.- toma una enorme bocanada de aire.- Diego, no te fui del todo honesto...- dice de repente- Esta sensación al mentir, es extrañamente incómoda, no me gusta para nada.- Su voz es extraña, arrastra algunas palabras y su respiración es tranquila.

-Bueno, tener una cantina sin licor a los 16 suena muy creíble ¿no lo crees?- Digo con un evidente sarcasmo, Danny comienza a reír y toser, algo así como una risa malvada pero con un tono más burlón. Se sienta y yo  hago lo mismo, para evitar situaciones incomodas...

-Espera -dice entre risas- ¿Pusiste atención en las presentaciones de la escuela?- hace una pausa y me observa con una media sonrisa dibujada en su rostro. Yo no contesto y solo sonrio avergonzado. Él vuelve a reir.- Con esa linda sonrisa me dices todo, enano. Tu eres el único que tiene 16 aquí, yo los cumpliré en un par de semanas.

Linda sonrisa...

Siento el ligero ardor en las mejillas, realmente agradezco que la luz de la luna sea lo suficientemente blanca como para disfrazar este tipo de cosas.

Quise gritarle que no era un enano, pero su actitud resultaba extrañamente alegre, tanto que sus comentarios son algo... Lo suficiente para ponerme nervioso y más estando tan cerca uno del otro.

Pasaron algunos minutos en un silencio hasta que Danny decidió hablar.

-¿Willa te contó que mamá se fue?- pregunta repentinamente.

-Si- Él ríe por lo bajo, como si se tratase de la mentira más grande de la historia de nuestras vidas.

-Hace 5 años mamá estaba encantada con Willa, realmente la amaba, su nombre lo dice todo... "Alba" ese es su nombre real, así se le llama a la primera a luz del día antes de que salga el sol. Para mi madre, Alba fue su alegría porque ella deseaba una niña. Papá y yo la llamamos Willa para evitar el recuerdo de mamá. Yo tenía diez años...- Hace una pequeña pausa y después suspira. - Papá no me dejaba salir solo a ningún lado. Yo odiaba eso. Una tarde salí de casa sin permiso para ir a una pequeña exposición de arte, quería llevarle ideas a mamá para sus hermosas pinturas. Sería una sorpresa para el día de las madres... Cuando regrese a casa, la puerta tenía seguro, tenia que entrar por una ventana, una de ellas estaba abierta, cuando moví la cortina para poder entrar escuché un grito horrible y un golpe hueco, el miedo me recorrió completamente ¿era la voz de mamá? - su voz se apaga lentamente, su respiración es agitada. Creo que va a romperse con solo un roce. Traga saliva y respira profundo antes de continuar.
-Cuando entré por la ventana vi a mi madre en el suelo, con un hombre enmascarado sobre ella. El hombre le destrozó el cráneo con un martillo...- La luz de la luna atraviesa las lágrimas de Danny, haciéndolas brillar. Su voz es cada vez más temblorosa - A veces pienso ¿por qué demonios salí de casa esa noche? ¿Por qué la deje sola?... Yo pude haberla protegido, para que disfrutará a su pequeña luz del día... -Susurra mientras abraza sus piernas, para protegerse de sus propias ideas. Como puedo, lo abrazo, tratando de no incomodarlo. Él no dice nada, solo se deja abrazar. Parece tan pequeño.

Creí que él era un pequeño niño mimado, que vivía en una vitrina, libre de dolor y sufrimiento. Me he equivocado, me siento algo inútil e idiota por juzgarlo y no saber que hacer para consolarlo. Las lágrimas han mojado la manga de mi chamarra, ya le reclamaré mañana.

Danny se esta quedando dormido, esta tranquilo y cómodo, espero.

-Por favor, quédate. -Susurra estando en la delgada línea entre seguir hablando, o caer rendido ante el sueño.


Esa noche dormimos juntos, lejos de cualquier dolor.

Por lo menos esa noche.

DiennyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora