Estoy de vuelta.

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Andrew cuenta.

El viaje fue algo extraño, conocí a un turista que se sentaba a lado mío ¡Tenia una barba increíble! Aun que parecía falsa... De todas maneras no pudimos hablar mucho, el no entendía inglés y por alguna razón leyó la aburrida revista del avión durante todo el viaje. Un tipo bastante peculiar.

Cuando llegamos a San Francisco, me puse a buscar a Joanne quien vendría por mí a recogerme. Joanne no era solo una asistente, era la mejor amiga de mi madre por lo que Joanne me cuida como a su hijo... Es más, creo que se preocupa más por mí que por sus verdaderos hijos. -aun que ellos ya eran mayores que yo.- pero así era Joanne.

Cuando la vi fui directo hacia ella con el propósito de abrazarla y justo cuando ya la estaba rodeando con los brazos, Joanne me abofeteo.

-¡Eso es por casi darme un ataque la anterior vez qué te fuiste a Canadá con esa tormenta!

-Yo también te extrañe. -Dije mientras acariciaba mi mejilla que estaba colocándose roja, fue una fuerte bofetada.

-Te lo merecías. Y cambiando de tema, el jefe quiere verte mañana a primera hora.

-Estaré ahí, ahora ¡Aliméntame! No pude desayunar ni almorzar.

-Sospeche que tendrías hambre, mandare las maletas a tu departamento, hice una reservación en tu restaurante favorito y una tal Melany llamo.

-Gracias por lo de las maletas, me alegra que hayas hecho una reservación y ¿Quién es Melany?

-Tú dime, pensé que estabas con Elizabeth.

-Me casare con ella, pero primero contrata a un detective.

-¿Un qué?

-Detective, Elizabeth escapo por razones ye desconozco y piensa olvidarse de mí, pero impediré toda esa locura.

-¿De qué demonios hablas? ¿Estás bien? ¿Ella escapo? ¿Quién se quiere olvidar de quién?

-Tranquila te explicare todo en el restaurante.

Joanne solo asintió, las facciones de su rostro mostraba curiosidad y algo de preocupación ante lo que le diría. En el restaurante le conté todo, tal y como había hecho con mi madre.

Al final Joanne entendió por qué quería un detective, y me apoyo con la idea. Aunque ella cree que es un poco acosador, pero no es así ¿O sí?

Ya en mí departamento entre directo a mi habitación, estaba agotado y para mañana tenía que estar temprano en el trabajo para hablar con el jefe y eso ya me ponía algo nervioso.

A la mañana siguiente me puse mi mejor traje y salí directo a la empresa Dream & do it (sueña y hazlo) un ridículo nombre según yo, pero de todas maneras era apropiado. Aquí nos encargábamos de cumplir con los sueños de los demás, y no se confundan no somos unas malditas hadas madrinas con varitas… Somos mejor que eso.

Es una gigantesca e imponente construcción de doce pisos, para que se entienda mejor. La empresa está dividida en cuatro secciones: la sección de editorial, la sección de artes, la sección de estudiantes y la sección de la revista. Esta última es como la parte de la publicidad, una vez al mes sale un ejemplar dando a conocer a los nuevos escritores, o nuevos cantantes y ese tipo de cosas. Hay como unos quinientos trabajadores y para cada sección hay un supervisor, es decir que hay cuatro. Yo soy el supervisor de esos supervisores, pero a mí me supervisa el jefe. Es como que soy el segundo al mando.

El jefe era el señor Adams. -Ese apellido se me hace conocido pero no me acuerdo de donde.- de todas maneras el señor Adams era un señor de unos sesenta años, la mayoría le tenía miedo, pero yo no. A mí me parecía un señor muy serio pero divertido de algún modo.

Déjame olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora