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Capítulo 22.- Toda la culpa y dolor.

Koharu sonreía mientras caminaba de regreso a casa, estaba muy feliz por como las cosas habían salido con Neji, el día había transcurrido perfecto para su manera, logró evitar a sus hermanos y a los amigos que tenían ambos, todo para estar solos y funcionó, no podía creer lo que le había dicho Neji. Estaba enamorada y no lo notaba.

A ella le gustaba demasiado ese chico de ojos blancos, lo que más parecía encantarle era su sonrisa, él se sentía demasiado bien alado suyo y se notaba que ella hacía que sacara lo mejor de él y viceversa.

La noche se encontraba tranquila, apenas eran las 8:30 y ella creyó que era algo temprano, permanecían las estrellas y al estar en la entrada del distrito Uchiha estaba decorada en tonos rosas por el festival, parecía que el clan estaba festejando por su propia cuenta, apartándose de la aldea como era de costumbre. Solamente habían personas con el logo característico.

Ella caminó y saludo a algunos amigos de sus padres, un par de niños pequeños pasaron corriendo y la detuvieron por un instante para jugar. Su clan no era tan grande como se veía, lo que era cierto es que todos se conocían y Koharu al ser hija del líder con más razón la reconocían.

Al estar enfrente de su casa deslizó la puerta y avisó como siempre diciendo "ya llegué" pero no hubo esa respuesta de costumbre que ni siquiera esperaba, ya sea alguno de sus hermanos o sus padres. Eso fue lo que notó raro pero decidió ignorarlo. Siempre recibía respuesta de alguien.

Habían unas voces por la cocina y se acercó, estaba en la entrada del comedor cuando escuchó en ese preciso momento pero lo que habían dicho hizo que se detuviera. Era la voz de Itachi, apenas había escuchado "Koharu siguió con él, llevaban semanas siendo amigos o eso creí cuando los vi hoy. Ella no lo entiende y parece que va enserio su relación".

Koharu bajó la vista, su hermano estaba en el comedor junto a sus padres, había un silencio demasiado frío después de lo que dijo Itachi. La calidad del hogar se había desvanecido por una mala noticia para su padre, él miró a Koharu con enojo y decepción.

Todo había salido a la luz, lo oculto que tenía su relación con sus padres había aparecido enfrente de sus ojos, dejándole una tristeza que seguramente no acabaría. Su corazón estaba justamente en su garganta, creyó que se caería al suelo como la vergüenza que estaba pasando.

- Esto no puede ser cierto, Itachi. Nunca podría salir con ese maldito. Es completamente inaceptable en cualquier sentido por ser de ese asqueroso clan -decía su padre con total odio, miró la entrada del comedor y abrió los ojos viendo a su hija.- Koharu, ¿acaso no piensas decir algo? Debería darte vergüenza que nos enteremos así, al menos fue de esta manera y no se haya enterado todo el clan o peor aún, los demás ninjas.

Koharu cerró los ojos y apretó sus puños buscando valor, la situación para ella no era tan mala como lo es en realidad en el clan. Lo que ocurría era que había cometido una gran falta de respeto para sus padres sin olvidar el rompimiento de las reglas.

Al ser los únicos poseedores de dojutsus, los dos clanes no tenían una armonía entre su convivencia. En realidad se había construido una relación de odio e infortunio para ambas familias por el simple hecho de la competencia y ver cuál es el mejor, era demasiado orgullo y frialdad para los Uchihas con otros clanes y ninjas. Ellos eran los mejores, tanto que pensaban en solamente ser capaces de realizar bien los labores shinobi, sin ellos la aldea no existiría. Por esos pensamientos se alejaron y lo merecían.

¿Porqué tenía que ser así? Ojalá no fuera tan grave haberse enamorado de un chico que también la quería. Y entonces, al pensar así decidió no quedarse callada.