09:57 AM.
CASA DE DEAN (living y/o cocina).—¿Qué haré ahora?—.
—Habla con él Dean, solo es un niño, él no te mordera—.
—Muy chistoso— Bufó y paso su mano por su cabello observando desde el umbral de la cocina al living donde el menor se encontraba —¿Qué le pregunto? O ¿De qué hablo?—.
—No lo sé, pregúntale si tiene hambre o algo, cuántos años tiene, no lo sé, invéntate algo, eres adulto tienes que poder lidiar con una conversación con un menor de edad—.
—¿Podrás venir?—.
—No ahora, estoy en receso, iré como... A las 05:40 PM o por ese horario—.
—¿Y qué hago a las 01:00 PM? Recuerda que trabajo, no puedo dejarlo solo tantas horas—.
Empezó a frustrarse, él no pensaba que lo traerían tan temprano.
—No puedo faltar a mi empleo Dean, pero ¿Puedes traerlo al restaurante? Lo cuidare mientras trabajo—.
—¿Estas seguro?—.
—Si, yo me hago cargo, tu solo tráelo a esa hora que yo estaré allí—.
—Esta bien, no sabes cuánto te lo agradezco—.
—Lo sé, lo sé...— Y aquel sonido de timbre detuvo las palabras que pudieran salir de la boca de ambos —Te dejo, el receso acabo y tengo clases, adiós—.
—Adiós—.
Camino pesadamente hasta el sofá donde el niño se había mantenido, se sentó frente a él y trato de encontrar las palabras para entablar una conversación apropiadamente con un menor de edad.
—Catriel... ¿Verdad?—.
El niño asintió entre tímida y desinteresadamente, se notaba la incomodidad tanto en el ambiente como en ambos presentes.
—Escucha, tengo que trabajar dentro de tres horas más o menos, por lo que tu tendrás que quedarte con un amigo mío ¿Entendido?—.
Aquel temblor debió haberle dicho algo, como un "tengo miedo" pero él no lo noto, por lo que siguió.
—Aún no he desayunado ¿Tú lo haz hecho?—.
Negó con la cabeza.
—¿Acaso eres mudo? Me molestan las personas que no hablan—.
Gruñó sintiendo la molestia en su pecho.
—N-No se-señor—.
—No me llames señor, no estoy viejo— Gruñó de nuevo —Solo dime Dean—.
Asintió con temor y luego corrigió su "error" en un inaudible "Si".
Dean se levantó para ir a la cocina y relajarse, ya era hora de preparar algo para desayunar, en este momento le importaba poco o nada la presencia del menor en el lugar, no tenía idea de como lograría aceptar al menor catorce años.
12:20 AM.
CASA DE DEAN (living).—Apurate, tengo que entrar puntual y no quiero perder tiempo por tu culpa—.
Dean guardaba su móvil en el bolsillo del pantalón, se había quedado dormido y ahora estaba, posiblemente, llegando tarde, Catriel no se había quitado la mochila y el abrigo en ningún momento, aún se sentía incómodo.
Apresuró sus pasos para alcanzar a Dean quien cerró la puerta tras ellos y empezó a caminar, el menor apretó la correa de su mochila entre su manita y empezó a correr para mantener el paso de Dean quien poco se fijaba si el menor permanecía a su lado.Al llegar con minutos de tardanza que lograban que Dean supiera que llegaría tarde a su trabajo; lo cual lo ponía de muy mal humor, entraron al edificio que funcionaba como restaurante, el mayor empujó la pesada puerta para abrirse paso y entrar dejando al menor (quien casi se golpea cuando la puerta empezó a cerrarse tras su nuevo hermano) empujar la puerta por sí solo para tratar de entrar.
—Hola linda— Saludo al entrar a la recepcionista de esa forma coqueta, se apoyó en el gran mostrador —¿Sabes por casualidad si Adam llegó ya?—.
Aquella mujer sonrió bobamente y pestañeando repetidas veces contestó.
—Déjame ver si su compañera de área sabe algo—.
Se levantó de su asiento caminando al interior de aquella gran puerta de metal decorada sutilmente con algunos hermosos diseños posiblemente de algún material pegado a ella. Dean volteo para ver al pequeño niño a un lado de su pierna mirando todo a su alrededor.
—Te quedarás con Adam aquí, ah, a menos que él quiera llevarte a su casa, no lo sé, solo quédate con él—.
La joven chica volvió y se sentó de nuevo en su asiento con una sonrisa al joven frente a ella.
—No, Amanda dice que aún no a llegado pero que de seguro no tarda—.
—Bien, ah, debo ir a trabajar, te agradecería mucho si pudieras cuidar a este niño hasta que él llegue—.
—¿N-Niño? ¿E-Eres padre?—.
—No, solo es mi hermano, prometo compensarte si me haces este favor linda—.
Le sonrió coquetamente de nuevo, ambos demasiado enfrascados en su coqueteo dejando así al pequeño niño de segundo plano.
Cuando Dean se fue aquella chica llevó a Catriel donde Amanda, la chica preparaba ciertas cosas para ponerlas en una bandeja y así salir por una puerta algo pequeña, suficiente para que pasara uno por vez.—Amanda, serás niñera—.
—¿Qué? ¿Cómo que niñera? Estoy ocupada, Adam aún no llega y tengo que ocuparme de todo esto yo sola—.
Aquella chica hablaba y hacía las cosas tan rápido que era imposible no seguirla con la mirada impresionado, sin embargo, allí era normal, tenían que dar un buen servicio aún si faltaba uno de los empleados.
—No es mi problema, Adam es tu compañero, es tu problema por lo tanto—.
Salió con aires de grandeza de la cocina haciendo rabiar a aquella chica.
—Zorra—.
—¿Qué es?—.
Bajo la mirada confundida al menor.
—¿Qué es qué?—.
—Zorra—.
—Solo no lo repitas, quédate allí hasta que Adam vuelva, ten—.
Luego de apuntar a una pequeña silla en una esquina de la cocina tomo un buñuelo de alguna bandeja y se lo entrego para salir por la puerta, tenía mucho trabajo por hacer hasta que llegue Adam.
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No era el culpable.
WerewolfDean no siente absolutamente nada por su pasado ni por aquellas personas que lo conformaron, su presente es todo para él, lo que logró en todo ese tiempo no lo cambiaría por nada, todo en su vida estaba bien, desde sus amistades hasta sus paseos por...