12:34 AM.
TRABAJO DE ADAM (piso superior en donde se encontraba Catriel en la anterior vez).—Entonces, primero se sentó en la silla de papá oso y dijo...—.
Detuvo su lectura para mirar al menor quien leyó lentamente las palabras.
—D-Dema-asiado du-ura—.
Con una sonrisa Adam asintió.
—Así es, ¡Demasiado dura! Dijo la niña—.
Una gran sonrisa se formó en el rostro del menor puesto que lo había hecho bien y había puesto feliz a Adam, lo que lo hacía feliz a él.
—Como el que probaste en alguna noche de tu adolescencia ¿Verdad Adam?—.
Burló en doble sentido su compañera de trabajo que había llegado recientemente.
—Te recomiendo guardes tus comentarios estando frente a Catriel...—.
—¿También te sentaste en una silla demasiado dura?—.
Preguntó inocentemente el menor sonrojando a Adam y sacando una estruendosa carcajada por parte de la chica.
—N-No... Bueno si, pero no... Esto no viene al caso Catriel, mejor sigamos practicando que es tu hora de práctica—.
Ellos siguieron practicando la lectura de Catriel hasta que Adam tuvo que empezar a trabajar, le dejo algunos bolígrafos de colores para que dibujarse en lo que él cumplía con su horario.
Para algunos niños estar al rededor de seis horas sentados en la silla de un restaurante frente a una mesa sin hacer ruido o escándalo, levantarse o correr por doquier podría ser agotador e inclusive molesto, pero para Catriel era todo lo contrario, él encontraba diversión en pequeñas cosas allí, sin contar que Adam lo revisaba cada tanto y se ocupaba de que comiera, bebiera, fuera al baño y se entretuviera, a Catriel le gustaba esa atención del mayor, nunca antes tuvo eso, y se sentía bien tenerlo, por lo que no le molestaba en absoluto estar allí sentado seis horas esperando a que el trabajo terminará para el mayor, inclusive Adam le había prometido que cada día, cuando él saliera lo llevaría al parque media hora, puesto que al salir tarde prefería pasar poco tiempo fuera con el menor, para que éste no se enferme.
—¿P-Puedo obtener eso?—.
Preguntó tímidamente a Adam apuntando con su dedito índice lo que había llevado una de las meseras a una mesa.
—¿Hablas de las copas esas?—.
Preguntó observando a donde el menor apuntaba, éste asintió.
—Si eso quieres... Un momento ¿Eres alérgico a algo?—.
El pequeño ladeó su cabeza sin entender... ¿Alérgico? No que él recordará.
—Dame tu mochila por favor—.
Pidió y tomo esta cuando se la entrego, saco aquel cuadernillo de tapa dura donde se encontraban pegados papeles junto a algunas palabras escritas en una hermosa letra cursiva, totalmente entendible.
—Por lo que veo no eres alérgico a eso, ahora vengo—.
Le entregó aquello en su mochila y corrió a la cocina para hacer sus quehaceres y además llevarle a Catriel el postre que había pedido.
—Aquí tienes, come despacio y no te vayas a ahogar, tienes servilletas aquí— Pronunció dificultosamente mientras se las pasaba y balanceaba la bandeja que llevaba con órdenes de otras personas —Y algo de agua aquí para que la tomes si no te gusta el prostre ¿Si?—.
—¿Cómo se llama?—.
—Arroz con leche y algo de canela con chocolate—.
Sonrió y acarició su cabello para irse rápidamente a seguir con lo suyo.
Catriel por su parte observó aquella copa con su contenido, era blanco, grumoso, tenía un chocolate en forma de flor... Le gustaba.
Sonriendo tomo su cuchara para probar un poquito de esto, lamió sus labios y empezó a comerlo, tomando la flor entre sus dedos para comerla.
05:58 PM.
CAMINO AL PARQUE.Adam sonreía mientras cargaba su mochila en el hombro y era arrastrado por Catriel a la entrada del parque, rápidamente lo llevo hasta los juegos para darle su mochila.
—T-Tengo mi ropa allí—.
Murmuró con dificultad tratando de desabrochar su camperita.
—Está bien pero no te quites tu campera—.
Hablo el mayor interrumpiendolo, para abrochar su campera.
—¿Por qué? Quiero jugar—.
—Puedes jugar con ella puesta, no quiero que te enfermes—.
Algo berrinchudo aceptó el trato de Adam y corrió a jugar en lo que el mayor se sentaba en una banca para empezar a estudiar.
Los minutos pasaron rápidamente, por lo que cuando menos se dieron cuenta los treinta minutos habían pasado y debía volver a su casa.
En el momento en que llegaron Catriel saltó sobre Draco acariciándolo, Adam preparo las cosas para bañar a Catriel y al finalizar, sirvió la comida para Draco y la comida para Catriel, se apoyó en la mesada de la cocina con cansancio... Ya se había bañado... Solo debía llamarlo.
Primer tono...
Segundo tono...
Tercer tono...
Cuarto tono...
—¿Si?—.
—Vendrás por Catriel—.
Cortó...
—¿Vendrá?—.
Observó aquella brillante mirada, mordiendo su labio inferior negó.
—¡Si!—.
Algo confundido lo observó, él había saltado de su asiento para abrazarlo y luego a Draco.
—¡Draco me quedo, dormiremos juntos! ¡Él no viene, él no viene!—.
Una opresión fue lo que sintió Adam, aquella forma desinteresada en lo que hacía su medio hermano... Sabía que Dean no se merecía el cariño del menor... Pero estaba mal... Ellos tenían que hablar, las cosas no podían quedar así... Por lo que decidido dejo que Catriel viera una película de Disney, le advirtió lo que no debía hacer y luego pidió a su fiel amigo que lo cuidará en lo que volvía, para abrigarse y salir... Lo buscaría... Y lo traería... Así fuera arrastrándolo del cabello... Ellos tenían que hablar.
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No era el culpable.
WerewolfDean no siente absolutamente nada por su pasado ni por aquellas personas que lo conformaron, su presente es todo para él, lo que logró en todo ese tiempo no lo cambiaría por nada, todo en su vida estaba bien, desde sus amistades hasta sus paseos por...