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14:56 PM.
CASA DE ADAM (Comedor).

—Dejame ver si entendí, este sujeto de aquí llamado Dean idiota Siddall esta viviendo contigo para "proteger" a Catriel y a ti—.

—Pues, sí, básicamente si—.

—La próxima vez que me llames idiota…—.

—¿Qué? ¿La próxima vez que te llame idiota qué?— Dijo molesta levantándose de su asiento para encararlo de frente, las manos firmemente apoyadas en la mesa y su semblante serio —¿La próxima qué idiota?—.

Dean se levantó, molesto también, de este modo, con pesadez Adam los separó, esos dos se odiaban a muerte.

—Basta, por favor…—.

—¡Adam, Adam! ¡Es Draco, es Draco!—.

Y a pesar de que solo llamará a Adam, todos corrieron detrás de Catriel para ir a la habitación en donde se encontraba el animal, había sido herido, ahora su condición era delicada, reposo hasta curar, sin embargo, Draco no era precisamente un animal pacífico, le gustaba moverse y jugar con el menor de la casa, quien aprovechaba cada segundo para pasar a su lado y hablar mientras acariciaba su cabeza.

Draco se encontraba de pie, y aunque la idea no le agradaba, se dejo cargar por Dean hasta su lugar nuevamente, no debía moverse.

—Es un animal muy testarudo—.

Adam observo a su amiga, asintió y recostó su cabeza en su hombro, se encontraba agotado, las cosas que estaban pasando eran bruscas y rápidas.

A veces se arrepentía de haber dejado la universidad, pero sabía que fue algo necesario, Dean no era de los que cambiaban de opinión y solo se preocupaba por si mismo, como había aprendido a hacer desde que era un niño, valerse por si solo. Y aunque Adam hubiese tratado de quitarle eso y mostrarle que las personas pueden ser buenas… No lo logró, Dean siempre era un auténtico idiota con las personas y niños.

—¿No hubiera sido mejor sacrificarlo?—.

—¡Ahora si te mato idiota, con los animales, los niños y las ancianas, no!—.

Y así empezó una pelea/discusión entre ambos, Adam solo tomó a Catriel en brazos dejando que este enrollara sus piernas en su torso.

—Están peleando otra vez—.

—Siempre lo hacen. ¿Quieres chocolatada? Se me acaba de antojar—.

Y así desvío los problemas como habitualmente había acostumbrado a hacer.

16:57 PM.
PATIO TRASERO DE LA CASA DE ADAM.

—¿Estás seguro?—.

—¡Dean, deja de preguntarle, él no sabe absolutamente nada!—.

Gritó Adam, puesto que aún en la distancia que se encontraba escuchaba todo.

Dean se encontraba desde hace días haciéndole el mismo interrogatorio a Catriel, el cual no tenía mucha idea de lo que se le preguntaba.

—¿Nunca fuiste superdotado en la escuela?—.

—No fui— Insistió el menor con cansancio dejando sus juguetes a un lado para mirar a su medio hermano —Mamá no me dejaba—.

—¿Corrías más rápido que los demás niños? ¿Comías más que los demás? ¿Conociste a tu padre algunos a vez? ¿Por casualidades de la vida lo viste transformarse alguna vez? ¿¡Tu…? —.

—Dean, te calmas—.

Pronunció entre dientes Adam, tironeando del cabello del nombrado.

—V-Violencia no—.

Intervino Catriel levantándose del césped para acercarse y tironear del brazo de Adam, de este modo, tratando de hacer que éste le soltara.

—Muy amable y todo pero— Dean se soltó cuidadosamente y tomo a Catriel en brazos para correr de Adam mientras zamarreaba al menor para que contestara, éste a su vez reía puesto que le parecía graciosa la persecución y el que Dean lo cargara mientras lo sacudía —¡Dime todo lo que sabes mocoso!—.

En medio de todo aquello, podría decirse que ellos no la estaban pasando mal.
Sin embargo, los momentos lindos no duran eternamente, porque aquellos ojos observaban atentamente sus movimientos. Y en el momento menos esperado atacaron, arrastrando a Catriel, Adam y Dean consigo.

Los intentos por salvarse eran vanos, aquellos hombres eran gigantes, inclusive más que Dean, quien al instante logró saber que ellos eran lobos, y por lo anterior sucedido en la casa de los padres de Adam supo que estos venían por parte de aquel.

Pero ellos no sabían porque les querían.

22:12 PM.
¿LUGAR? Desconocido.

El pitido en su cabeza era molesto, sus extremidades se sentían cansadas, como entumecidas.

Abrió sus ojos pesadamente, observando a Catriel dormir a su lado. Sonrió por unos momentos, al menos él parecía estar bien.

Adam se sentó sintiéndose sobre algo cómodo, observo a su alrededor. Era una habitación, y ellos estaban sobre una cama. Frotó su rostro con sus manos.

¿Un sueño?

¿Como llego allí?

¿Dónde esta Dean?

Un momento… Esta no era su casa.

Cuidadosamente se levantó para empezar a caminar, lenta y suavemente, no quería despertar a Catriel.

Al salir de la habitación se encontró con un pasillo amplió. Observando el lugar un poco más pudo saber que el lugar era viejo y poco utilizado.

Abrió aquella puerta que parecía ser la principal y pudo ver a Dean allí, apoyado en el barandal de madera que se encontraba fuera de la casa. Miraba al frente, perdido en sus pensamientos, sentía un mal presentimiento.

Camino hasta su lado y enredo sus brazos con el brazo de Dean, recostó su cabeza en su hombro y observo al frente, se encontraban en un lugar algo alto, con muchas plantas y árboles frente, y más allí podía ver algunas casas, se encontraban alejados de las (al parecer) pocas personas allí.

—¿Como es que llegamos aquí?—.

—Nos secuestraron—.

Rápidamente lo observó, asustado, por verlo tan tranquilo y no ver a nadie más aparte de ellos. 

—Hablaron conmigo, desperté antes—.

—Hay algo que no me estas contando—.

Se aferró aún más al brazo de Dean, con miedo de lo que éste le dijera, puesto que ni siquiera le miraba. Parecía perdido.

—No puedo irme de aquí—.

—Dean…—.

—Encontré a la familia de mi padre. Estamos en su manada—.

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Chan, chan, chan.

Bueno, no es por nada, pero les quiero decir que…

Nos quedan pocos capítulos para acabar este libro.

Lo sé, (aunque sea para mi) es triste, pero estamos cerca del final.

Espero que les este gustando todo hasta aquí y lo que nos espera.

Esto es todo.
(Por ahora).

Bye bye. 

No era el culpable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora