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13:23 PM.
CASA DEL SR. Y LA SR. LEE.

—¿Y entonces?—.

Mamá, por favor, no hablemos de esto en la comida—.

Pero a ti te gustaba mucho, Dean siempre fue muy amable, él realmente era perfecto para ti—. 

Dean es mi hermano—.

Los mayores observaron al menor sorprendidos, y luego observaron a Adam.

Y por eso quería comer—.

Se sentó en la mesa pasando sus manos por el rostro en señal de frustración.

¡Adam quiero una explicación y ya!—.

Nos dijiste que lo habías adoptado, no que habías traído al hermano de Dean—.

¡Si lo adopte!.

Los padres de Adam le pidieron a Catriel que fuera a jugar para así hablar con su hijo.

Adam, siempre te educamos como un buen niño— Comenzó su madre.

Por lo que exigimos la verdad como cuando vivías bajo este techo— Siguió su padre.

—No hice nada malo, al contrario, estoy absolutamente seguro que tome la mejor elección en años—.

—¿Y cual es esa elección?—.

—¿De dónde vino en niño?—.

—No les mentiré, Catriel es el hermano menor de Dean, sus padres… Fallecieron, y la custodia quedo para el único familiar, sin embargo Dean se volvió un maldito…—.

—La boca Adam—.

—Lo siento. Él cambio, tanto que maltrataba a Catriel, no podía dejar que todo siguiera, al final, Dean y yo hablamos, hubo un acuerdo totalmente legal y ahora es mi hijo—.

—Debiste hacerle algo—.

—¿Disculpa?—.

Contestó confundido Adam a su madre.

—No, deberías disculparte con él, Dean no sería capaz de algo tan atroz como eso, recuerdo el día en el que estuvo aquí, fue educado e inclusive nos ayudo con los animales que venían a comer mis plantas—.

“Si supieran que solamente orino al rededor de la casa para espantar a los animales.” Pensó Adam.

Yo lo conozco, demasiado bien, así que te suplico mamá que dejes todo esto aquí, vamos a comer tranquilos y ya, ¿Si? Vine hasta aquí para olvidar mis desacuerdos con Dean, me esta volviendo loco con su molesta forma de ser— Se levantó y caminó lentamente hasta buscar al menor —Vamos bebé, es hora de comer—.

15:45 PM.
JARDÍN DE LA CASA DE LOS SRS. LEE.

Catriel jugaba con los viejos juguetes que habían pertenecido a Adam, por palabras de aquel sonriente y canoso hombre que le contaba viejas historias sobre Adam, como la primera vez que escapo de su última clase porque no podría hacerla, había vuelto llorando a la casa aterrado de su acción pidiendo disculpas a sus padres. A Catriel la escena no le provocaba tanta gracia, sin embargo reía, se preguntaba si alguna vez él podría hacer eso con Adam.

—¿Como es tener una mamá?—.

Preguntó al hombre luego de un rato.

—¿Uh? ¿Una madre?—.

—Mi mamá de fue muy pronto, yo no tengo mamá, ¿Como es tener una mamá?—.

—Bueno… A decir verdad, no es la gran cosa—.

—¿Por qué?—.

—No importa si es hombre o mujer quien lleva el nombre de padre o madre, a veces, ni siquiera son biológicos— El hombre hizo una pausa buscando palabras más simples para explicar aquello al menor —Verás, lo importante es que esa persona te quiera y te cuide, esa persona será tu madre o padre—.

—¿Como Adam?—.

—Si, como él—.

—Y como mi hermano—.

—¿Tu hermano?—.

—Dean también me cuida—.

—Creí que no se llevaban bien—.

El menor sonrió acercándose y susurrando como si fuese un secreto.

—Él está aquí—.

Los ladridos de los perros no tardaron en escucharse, el hombre se levantó de su asiento y observo a su alrededor, el pensamiento de que fuera parte de la imaginación de Catriel por traumas al abandono llegó, sin embargo, los ladridos pararon siendo reemplazados por lloriqueos, todos los perros mirando en dirección a un solo lugar.

—Entra y no salgas—.

—P-Pero…—.

—¡Entra!—.

Su tono de voz demandante, haciendo que el niño corriera al interior de la casa, no estaba molesto, sabía que él solo quería protegerlo de lo desconocido, pero tenía miedo, miedo por Dean.

—Catriel, ¿Qué pasa?—.

Preguntó Adam, preocupado cuando Draco salió corriendo.

—Dean—.

Susurró, y Adam salió corriendo, Draco llendo directo a la parte rota de las maderas que formaban una cerca al rededor de la casa, luchando por salir bruscamente.

Adam tuvo que correr del agarre de su padre que pedía que no se metiera, que podía ser un animal salvaje tratando de entrar, puesto que en esa zona era algo normal por las boscosas partes. Sin embargo, Adam creía tener una idea de lo sucedido y saltó la cerca para ir con Draco, grande fue la sorpresa que se llevo…

No uno, si no dos lobos peleando ferozmente, tratando herir al otro, Draco gruñendo sin intervenir a una distancia de ellos, aquel lobo era grande, demasiado, no lo conocía, su pelaje manchandose de sangre, el otro siendo salvaje pero en desventaja, mal herido seguía peleando, él era…

—¡Dean!—.

No era el culpable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora