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09:57 PM.
HABITACIÓN DE ADAM.

Delicadamente sus dedos se posaba sobre el suave cabello del menor, la palma de su mano dolía... De no haber sido por aquel beso él no hubiera golpeado tan fuerte el rostro de Dean.

“Eres un maldito imbécil si crees que caere por ti como todas esas con las que te acuestas”—.

Él había salido corriendo de aquella situación, había descartado su idea de pedirle por favor que dejase al menor estudiar. Sin embargo las cosas no se dieron así. Adam sabía que estudiar era un derecho, así que no le vio el problema a la situación, él llevaría al menor a una escuela.

No le sorprendió cuando la hora de dormir llegará Dean no apareciera. “Era de esperarse”, pensó, él no iría por el menor, ni aunque tuviese la sangre de la misma madre. “Ha de estar acostándose con cualquier otra chica” se repitió al acostarse en la cama junto al mejor, abrazándolo, sintiéndose correspondido.

08:48 AM.
HABITACIÓN DE ADAM.

Jugaba con sus dedos, eso es lo que hacía el menor, sintiendo el picor en éstos por tratar de tomar el valor y tocar a Adam para así despertarlo. Tenía hambre y sabía que era algo tarde, probablemente Adam se hubiera quedado dormido.

—¿A-Adam?—.

Pero él no despertó, estaba agotado, ¿Y Draco? El también dormía.

—A-Adam—.

Su dedito se mezclaba entre el cabello de su mayor esperando a que despierte.

—¿A-Adam?—.

Logró pronunciar un poco más fuerte, puesto que al parecer, todas las mañanas su voz no quería salir, solo susurros.

Mmgh... Cinco minutitos más—.

—P-Pero... Es tarde-.

Adam giró su cabeza aún pegando la mejilla en la almohada.

—Bebé, hoy es sábado, solo trabajo y eso es por la tarde, hoy es válido dormir hasta tarde—.

—¿V-Válido?—.

—Uh, que si está permitido, ya sabes, ir a la universidad y todo eso, debo levantarme temprano, excepto hoy y mañana, sábado y domingo no hay clases... Bueno, aunque a veces igual debemos levantarnos temprano—.

El mayor dejo hablar, estaba confundiendo al menor, la vida de los mayores no siempre era entendible para los menores quienes se cuestionan probablemente todo en este mundo.

—Tengo hambre— Observó a los pies de la cama y apunto a Draco —Draco también tiene hambre, ¿Verdad Draco?—.

Toco la cabeza de este estirándose bastante, el perro solo movió la cabeza refunfuñando un poco, quería dormir.

—Esta bien, vamos a desayunar—.

Con cansancio Adam se levantó y tomo a Catriel en brazos para llevarlo hasta la cocina, sentarlo sobre la mesa y darle una galleta para que comiese en lo que él preparaba el desayuno.

—¿Yo también iré a la escuela?—.

Preguntó a los minutos recordando la conversación que habían tenido el día anterior.

—Por supuesto que sí Catriel, todos los niños tienen que estudiar, tu también, y mientras preparo el desayuno ¿Qué te parece leerme tu cuento? Lo haces tan bonito—.

—¡Si, yo quiero!—.

Con una sonrisa Adam lo bajo para dejar que fuera a buscar su libro, sabía que la motivación y halagos por cosas bien hechas en los menores y hasta en los adultos era satisfactorio, en especial para niños a los que las cosas le costaban más, como era el caso de Catriel.

La mañana de ambos paso tranquila, la lectura de Catriel era mejor, Adam se sentía mejor, no tan solitaria como solía ser. Inclusive Draco la estaba pasando bien teniendo la oportunidad de jugar con un niño y una pelota.

—¿Hoy podemos ir al parque?—.

Preguntó corriendo con la pelota en mano. Adam sonrió y asintió terminando de preparar la comida.

—¿Y pasaremos más tiempo allí?—.

—Si, podremos estar más de media hora—.

El menor celebro alegre.

—¿Y podemos llevar a Draco?—.

—Si bebé, podemos llevar a Draco—.

Respondió en risa dándole de comer a Catriel y a Draco para luego sentarse y hacerlo él.

—¿Y también puedo ir a la escuela?—.

—Si cariño, pero no hoy, pronto. Como mucho... Podemos comprar algunas cosas, luego buscaré una escuela en la que te sientas cómodo—.

—Yo estaría bien en cualquier escuela—.

Adam sonrió, queriendo creerle, pero sabía que los niños podían ser muy crueles, y él no quería que Catriel tuviera una mala experiencia con la escuela, algo que se supone debe de ser lindo.

Y así fue como por la tarde la pasaron jugando los tres en el parque. Claro que Draco llevaba su correa y collar, los niños encantados corrían al rededor del animal, todos jugaban con el y con Catriel, mientras que los padres de los menores hablaban con Adam sobre diversas cosas. Ellos la estaban pasando realmente bien, a diferencia de Dean, quien solo los miraba desde la distancia...


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Siento tener está historia inactiva pero no tenía ideas para ella, espero que les haya gustado el capítulo.

Bye bye.

No era el culpable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora