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Un corazón roto duele más que cualquier herida. 

- ¿está con él? - la voz suave de la morena le sacó de sus pensamientos, el rubio volvió a mirar a la chica frente a él y asintió con una sonrisa dolida - ¿cuándo va a despertar? - preguntó nerviosa. 

Llevaban mucho tiempo que no iban a un hospital normal, de esos blancos y llenos de personas que se movían de un lado a otro. Al parecer la herida en la cabeza del hijo de Poseidón había sido más grave de lo esperado, y habían tenido que llevarle de urgencias. 

Se encontraba hospitalizado, ya fuera de peligro, pero había perdido sangre y aun seguían haciendole transfusiones para que pudiera despertar pronto. Estaba en un coma inducido y conectado a una máquina que sonaba a cada pulsación de su corazón. 

Quirón se encontraba en la habitación del chico, habían decidido no llamar a Sally, ya que si las cosas fueran bien sería sólo molestarla. Dionisio se había marchado hace un momento, ya que no podía dejar a los demás campistas solos y por eso el centauro (quien ahora había disfrazado su tronco inferior) se quedaba con el chico. 

Afuera, en la sala de espera estaban Piper, Jason y Frank, los demás habían ido al campamento para descanzar algo.  Hasta ahora no le habían dado noticias tranquilizadoras, llevaban más de 4 horas sentados en aquellas incómodas sillas pero sentían que si se iban de aquel lugar, algo malo podría pasar.

- creo que iré por café ¿quieren? - preguntó Frank mientras se levantaba de su posición, se habían mantenido callados casi todo el momento y cuando alguno hablaba no podía evitar sobresaltarse un poco, los otros dos chicos le miraron, la morena simplemente asintió en silencio. 

- por favor - sonrió Jason, mientras el otro chico desaparecía por el pasillo en dirección a al cafetería del hospital. 

Después de un par de segundos de silencio, lograron divisar como llegaban sus amigos otra vez. Hazel y Leo venían caminando con una mochila cada uno, se veían más tranquilos y descanzados, lo que les hizo sentir bien. Piper se levantó para recibirles.

- ¿cómo va todo? - preguntó Hazel.

- está estable, es todo lo que nos han venido a decir... Quirón sigue con él - le informó la hija de Afrodita.

- les hemos traído comida, y unas frazadas - la noche había caído y el frío en aquel lugar era palpable, así que un poco de abrigo no iba nada mal, cuando sabían que no se moverían de aquel punto hasta que su amigo no despertara. 

- ¿y Annie? - preguntó con voz suave, no podía evitar preguntar. 

- ... - Hazel desvió la vista mirando a Leo, quien sonrió y se sentó a un lado de Jason, Piper les miró confundida mientras seguía parada - Piper... recordó todo - 

- ¿¡qué!? - no pudo evitar que su voz sonará un décibel más alto, se tapó la boca asustada de que la vinieran a regañar. 

- no estoy segura qué pasó, pero mientras estabamos en el campamento nos contó que recordaba todo, el accidente, su falta de memoría y todo lo anterior... se sentía culpable de todo, decía que vivimos cosas malas sólo por ella, y que Percy no merecía nada de esto - 

- nos contó hasta lo que la misma Atenea intentó meterle en la cabeza - habló Leo desde su posición, Jason le miró en silencio mientras le escuchaba atento - suponemos que el ver a Percy de esa manera, le devolvió todos los recuerdos - 

- ¿será eso? - se preguntó Jason mientras se rascaba la barbilla - el señor D, dijo que los mismos Dioses regañaron a Atenea... ¿habrá sido ella?- 

- ¡lo dudo! - exclamó la hija de Afrodita - esa Diosa odia a Poseidón y su descendencia ¿por qué le devolvería sus recuerdos a Annie? - 

- por eso queremos hablar con Quirón - suspiró Hazel.

- ¿por qué quieren hablar conmigo? - al escuchar la voz del hombre voltearon a verle, estaba en su silla de ruedas arrastrandola gracias al movimiento de sus brazos sobre las ruedas, se veía más tranquilo y hasta una pequeña sonrisa se formaba en sus labios. 

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- ¿estás segura? - la voz de su amiga rompía el silencio que se había formado entre ambas, Thalia la estaba mirando deforma tan crítica que parecía asustada pero ella no se sentía de esa forma. 

- lo estoy... Thals, el siempre me cuida, es mi turno - 

- en ese caso, te acompaño - le sonrió.

- prefiero, hacerlo sola - 

La chica de cabello negro la miró desde atrás, asintió con suavidad y le siguió con la mirada hasta que la rubia se perdiera por la puerta de la habitación donde estaba internado el hijo de Poseidón. Sonrió sin poder evitarlo, conocía a aquella chica desde que era pequeña y sabía lo preocupada que era por sus seres queridos, pero al mismo tiempo que sabía que la conexión que tenía con Percy era distinta, era superior a cualquier otra cosa. 

Y verla otra vez  pendiente de él, le hacía sentir más tranquila sobre todo lo que pudiera pasar de ahora en adelante. 

Annabeth sintió el peso del silencio cuando entró al cuarto, el sólo sonido de la máquina la ponía nerviosa y más aun cuando pudo ver al chico recostado con los ojos cerrados. 

Se veía pálido, con la venda sobre la cabeza haciendole ver más frágil que nunca. Sus ojos viajaron a la pequeña mangera que llevaba sangre hasta el chico, se encontraba conectada a su brazo y le hacía ver peor aun. 

Sin darse cuenta sintió que sus ojos se anegaban en lágrimas, se acercó a trompicones hasta la camilla donde descanzaba el chico y se apoyó en él, cerró los ojos mientras dejaba dar rienda suelta a la culpa que la carcomía, porque ella sabía que había sido todo principalmente culpa de ella. 

- ¿así te sentías? - murmuró, más para ella que para alguien más - ¿también te culpabas cuándo me veías en la cama sin despertar? - los susurros se perdían en sus gimoteos, pasó una de sus manos por su cara para intentar limpiar las lágrimas, mientras que con la otra apretaba con fuerza la mano del chico.

Sabía que era culpa de ella, y su cabeza no podía parar de repetirle aquello, con una de sus piernas acercó el pequeño sofá que había a un lado y se acómodo en él, nunca dejó de apretar la mano de su mejor amigo. 

- despierta... despierta - murmuraba, pegó su cabeza a la del chico y cerró los ojos con fuerza. El sonido de la máquina no dejaba de torturarle el cerebro, apretó con más fuerza la mano del chico. 

-

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- necesito que vuelvas - murmuró, las lágrimas seguían bajando por sus ojos. 

- ¿cómo puedo hacerlo? - la sonrisa triste en su rostro, hacía amago del miedo que tenía y nacía en su interior. 

- no lo sé, no lo sé - comenzó a dar vueltas sin parar en su mismo eje, el miedo la comenzó atacar también ¿qué podían hacer? - no quiero que me dejes - 

- ya pudimos salir una vez, lo volveremos a hacer - tomó su mano con fuerza y ella se pegó a su cuerpo para abrazarle con necesidad, aquella necesidad que llevaba cargando desde quizás cuánto tiempo. 

- no me dejes - volvió a susurrar, mientras escondía su rostro en su pecho - yo... te necesito

Lamento la tardanza, estoy en época de exámenes, me enfermé y muchas cosas más. No todo ha ido bien en mi vida, lo que me tenía algo bloqueada para escribir... todavía no todo anda TAN bien, pero bue... mejorará :3 

Espero os guste el cap, y no me odien por tanta tardanza. Prometo actualizar pronto el próximo capítulo! Besitos, les adoro! <3 

Te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora