Mi respiración era agitada, el pánico crecía cada vez más y la desesperación hacía de las suyas.
¡¿Porque esto me pasaba a mí?!
Mi labio inferior comenzó a temblar y seguido de esto los sollozos comenzaron. Ilan trato de acercarse, pero mis chillidos aumentaron. Estaba histérica.
—¡No me toques!, Por favor no me toques.
—Davina, por favor, ¿qué ha pasado? —Preguntó tratando de acariciarme.
—¡He dicho que no me toques! Las voces, ¡esas malditas voces!
Di dos pasos hacia atrás recuperando mi espacio personal, llevé mis manos a la cara y comencé a frotar con angustia, revolvía mi cabello una y otra vez recordando las voces.
Quería descubrir el significado, pero estaba segura de que aquellas tres voces jamás en la vida las había escuchado, hasta ahora.
Me deje caer en la hierba, sin importarme que está estuviera húmeda y abrace mi cuerpo, elevando las rodillas al pecho haciéndome un ovillo. Mi cordura estaba perdida en este momento.
El pelinegro se sentó a un lado mío y simplemente no hizo nada, me dejó tranquilizarme sola. Me concentré en su respiración rítmica y traté de imitarla consiguiendo así calmarme un poco.
—¿Te apetece regresar a casa?
Dirigí mi vista en su dirección encontrándome a mi mate con cara de preocupación. Agite la cabeza levemente en señal de negación.
—Quiero quedarme contigo.
Sus labios se elevaron, resaltando así sus pómulos bien marcados y mostrando su perfecta dentadura. Terminé por tumbarme bien en la hierba, con el cabello haciendo de almohada y el cielo de panorama.
Se estaba oscurecido y las aves regresaban a sus nidos, tendríamos que regresar a casa pronto. Sentí el calor reconfortante de Ilan a mi lado y me acurruqué junto a él.
—¿Te apetece hablar? — inquirió.
—No ahora. — y lo último que supe es que todo se volvió negro y no precisamente por haberme quedado dormida.
Me desperté varias horas después, pero ahora en la comodidad de una mullida cama perteneciente a mi mate. Él no estaba por ninguna parte, pero todo estaba impregnado con su olor.
Con cautela baje a buscarlo sin hacer demasiado ruido con la madera, pero está parecía delatarme a cada paso que daba. Vi a Janick recostado en el sofá y cuando se percató de mi presencia se levantó corriendo.
—¿Qué haces levantada? —cuestionó con preocupación.
—Estaba buscando a Ilan. —respondí obvia a lo que él suspiró.
—Regresara dentro de poco.
Asentí y me dejé caer en el sillón individual.
—¿Sabes qué fue lo que pasó conmigo?
—Te pusiste histérica, no sabemos qué fue lo que lo provocó, pero si sabemos que fue demasiado tu esfuerzo que minutos después perdiste el conocimiento.
Mi asombro creció ante lo mencionado y mentalmente me cuestioné si el espectáculo que había dado fue tan escandaloso como las voces que recordaba.
—Creo que no quiero hablar de ello.—Todo a su tiempo, Dav.
Janick se veía un poco impaciente, por lo cual me vi obligada a curiosear.
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SOULMATE
WerewolfATENCIÓN: Está historia modificó sus primeros 17 capítulos el 21 de enero del 2019 para el correcto seguimiento de su curso. Sí ya la habías leído te recomiendo leer desde el inicio nuevamente para entender completamente la historia. Las actualizac...