Capítulo 14

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Había pasado el resto del día evitando a todo el mundo, me debatía mentalmente si contarle a Ilan lo que ocurría conmigo últimamente, pero creía que estaba demasiado ocupado con los problemas de la manada como para cargarle los míos.

Me dirigía escaleras arriba cuando escuche voces en la habitación contigua. Sabía que estaba mal escuchar a hurtadillas, pero me pareció tan tentador que no lo pude evitar.

—Vamos Ilan, hoy es luna llena, para cualquier lobo con o sin manada es importante adorar a la luna, es cierto que nuestro lado salvaje domina y precisamente el ataque que los repudiados organizan es generado en su lado racional— dijo Isaac demasiado seguro de su argumento.

Se escuchó un suspiro frustrado seguido de la voz de Janick.

—Yo también opino que no atacarán hoy, podemos mantener la seguridad al máximo por precaución, pero hoy la luna domina.

— Por su bien espero estén en lo correcto no me quiero arriesgar demasiado— cedió Ilan.

—relájate hermano— intercedió el menor— deberías estar preocupado por la época de apareamiento en lugar de darle demasiada importancia a un grupo de lobos sin manada. Apuesto a que Davina está más que dispuesta a complacerte— insinúo esto último con demasiada sorna.

No pude evitar sonrojarme al escuchar este tipo de insinuación sexual, pero de igual modo no pude alejarme de la conversación.

—¡Cállate, Isaac! Que no haré nada que ella no quiera—refutó mi mate un tanto cabreado.

—vamos, en esta ocasión concuerdo con Isaac por más idiota que sea, has esperado catorce años por meter tu virilidad en Davina, no me vengas con cursilerías que a ella no le haría ninguna gracia que te acostaras con otra solo porque te niegas a desvirgarla.

—Exactamente, tengo razón. De los tres eres el único que tiene una mate y desperdiciaras está oportunidad solo por no joderla, pero créeme que la lastimaras más de lo que crees si ella se entera. — replicó Isaac.

Mi mente daba demasiadas vueltas, el tema de la época de celo vendría dentro de una semana si mal no recordaba, pero claro estaba que no podía preguntarles a ellos directamente. Me quedé callada esperando la respuesta de Ilan la cual tardó un poco en aparecer.

—Quiero a Davina con toda el alma, pero es demasiado chica para sobrellevar una semana entera de sexo desenfrenado. No quiero que ella piense que la veo como algo material y solo ruego a la diosa luna me de fuerza para librar la época de celo en abstinencia.

Me dolió un poco el orgullo pues, aunque había escuchado que Ilan lo hacía por mí bien era algo que yo llevaba deseando demasiado tiempo.

Cada que el momento se presentaba era interrumpido por algo o porque el lado cuerdo de mi pelinegro aparecía.

Él estaba determinado a no tener sexo conmigo ahora, pero yo estaba encaprichada hasta las trancas en perder mi virginidad antes de la época de celo.

Con sigilo retorné mi camino hasta la entrada principal y salí de casa determinada a encontrar a Ámbar y a Magda quien estaba segura me dirían todo lo que necesitaba saber.

No caminé demasiado hasta llegar al centro del lugar donde los soldados entrenaban sin descanso, cerca de ahí se encontraban varias chicas haciendo la compra de vegetales, aunque claramente estaban más pendientes de los chicos que de la despensa.

Entre ellas estaban las chicas que yo necesitaba y a paso acelerado me acerqué.

Cuando estuve a su lado todas las personas que notaron mi presencia hicieron una leve reverencia mientras hacía un saludo incómodo.

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