Capítulo 10

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Bajamos a la cocina, me senté sobre la encimera hasta que me preparo el desayuno.

Parecía que no había nadie en casa y lo agradecí mentalmente. Frente a mí un desayuno estilo americano apareció, con un cocinero con mirada de cachorro arrepentido.

—por favor come.

El posiciono otro plato y se sentó frente a mí comenzando a comer. Hice lo mismo, comiendo todo lo que me había servido, tomé el jugo de naranja evitando las semillas y en silencio le di una mirada agradecida.

Pronto caí en cuenta de que había faltado a mi último día de clases, pero ya era demasiado tarde como para asistir, así que opte por lavar mis dientes y me prepare para evitar a Ilan el resto del día, pero me lo impidió.

—Quiero mostrarte mi mundo, cachorra.

Cachorra, cachorra, cachorra, ese apodo lo había escuchado antes, las voces en mi mente parecían despertar, pero no puede recordar con exactitud. Asentí lentamente y gire hasta el armario de los abrigos y tome mi cazadora.

Ilan la quito de mis manos y me paso un suéter suyo.

—Conocerás a mi manada y quiero que te vean usando algo mío. — Lo miré desafiante.

—¿Por qué mejor no me orinas, como los perros marcando territorio? —Ilan río.

—créeme que ganas de hacerlo no me faltan.

A regañadientes me coloque la prenda, pero me tranquilice al sentir su olor. Ilan me pasó una mochila tipo tortuga y la lance sobre mi hombro.

—¿Que llevas aquí?

—una muda de ropa.

Salimos e Ilan se transformó. Darren me estaba esperando, aquel lobo de gran tamaño bajo su lomo para que subiera en él y con un poco de dificultad lo logré, me echo una mirada tranquilizadora y comenzó a avanzar.

Por instinto me aferre a su pelaje y pegue mi pecho a su lomo, tratando de hacer el viaje más cómodo y dinámico. Se adentró en el bosque y corrió entre las zarzas, entrenado cada vez más a un territorio más frondoso.

El viento alborotaba mi cabello y con bastante frecuencia evitaba que las ramas arañaran mi rostro, aunque las hojas secas permanecían enredadas en mi cabello. Poco a poco la maleza disminuyó hasta llegar a las afueras de lo que parecía una aldea.

Bajé del lomo de Darren un poco mareada, por lo que me apoye del enorme lobo negro, luego retire el peso en mi espalda y lo deje caer sobre la hierba. Minutos después desapareció detrás de los árboles con la mochila en su hocico.

Ilan regreso a la normalidad con una playera polo negra, jeans ajustados y unas deportivas del mismo color que la polera. El clima era bastante frío pero a él no parecía afectarle.
Trate de hacerme la fuerte, pero mi cuerpo me delató comenzando a tiritar. Ilan me pegó a su cuerpo caliente y deje que me abrazara.

Minutos después comenzamos a avanzar entre las casas fabricadas de madera, una vez más cerca pude apreciar que eran bastante modernas para estar a la mitad del bosque.

Poco a poco comenzamos a ver gente que saludaba a Ilan y me llamaban luna. Fue bastante extraño, pero mantuve mi boca cerrada y fui amable.

Después llegamos a una especie de campo de batalla donde demasiados hombres entrenaban, la mayoría estaban desnudos del torso hacia arriba dejando ver sus trabajados cuerpos y eso solo me hizo pensar en la desnudez de Ilan.

Seguimos avanzando hasta llegar a una casa un poco más destacada que las demás, la fachada estaba muy bien labrada y las instalaciones eran agradables, los sillones negros resaltaban el encanto de la madera, el piso crujía levemente, pero la mayor parte estaba cubierta con alfombras, la cocina estaba equipada con acero inoxidable y parecía ser que había electricidad.

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