Capítulo 12

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El momento había llegado, ya entrada la media noche el astro se encontraba en su fase gibosa creciente, todos los lobos miraban al cielo hipnotizados por la luz de este, mezclándose así los rayos lunares con los copos de nieve.

Darren estaba junto a mí y al parecer un poco extasiado. Cuando la luna estuvo en su apogeo máximo comenzaron a aullar, largos y profundos aullidos rindiendo culto a su madre espiritual.

Sentí un tirón en mi brazo izquierdo indicando que me alejara, al momento no comprendí, pero una chica que parecía tener mi edad me llevo con su grupo de amigas durante la entonación de los aullidos.

—Tranquila, todos los que aún no tenemos nuestra transformación o persona de otras especies nos concentramos lejos de los lobos que recibirán a la luna, el día de hoy aún es un cambio voluntario entre hombre y lobo, pero mañana apenas entre la luna llena será un cambio obligatorio donde la parte salvaje se liberará, por eso dejamos que ellos absorban toda la luz lunar.

Sonreí amable ante la explicación de la chica, pero mantuve la boca cerrada. Centre la vista en Darren quien pareció captar mi energía pues me dedico una última mirada para después soltar un gruñido y comenzar a correr encabezando la jauría que lo seguía gustoso.

Un suspiro detrás mío captó mi atención, una chica con cabello negro se abanicaba exageradamente su voluptuoso pecho mientras parpadeaba rápidamente.

—¿Soy yo o Isaac se veía más guapo de lo normal?

—Relájate, Magda, ambas sabemos que no eres su mate— sentencio la misma chica que había tirado de mí.

—Gracias por arruinarme la noche, Ámbar.

Acto seguido comenzaron a cuchichear, me divirtió la idea de Isaac con una fan.

—¿Y no hay la posibilidad de que seas su mate? —pregunté.

Ámbar me dedico una mirada tierna.

—si existe una, pero es muy mínima, cuando Magda se transforme su olor se intensificará por lo cual existe la probabilidad de que Isaac por fin la capte, pero repito que es una posibilidad casi nula puesto que se conocen desde niños.

Fruncí mi ceño un tanto disconforme.

—yo soy humana, no presenté una transformación y aun así Ilan me encontró.

—siempre y cuando una de las partes haya obtenido su transformación es posible encontrar a tu mate— dijo Magda— en mi caso Isaac obtuvo su transformación hace muchísimo tiempo, más de un siglo, si yo fuera su mate me habría reclamado al nacer.

—¡¿Más de un siglo?!—pregunté asombrada

—¿No lo sabías?

Negué ligeramente con la cabeza.

—¿Tú qué edad tienes?

—¿Yo? 15, dentro de unos meses iniciará mi transformación.

—¡madre santa!

¿Cómo es posible todo esto? Las personas tienen un aspecto tan similar al de un humano y si Isaac que aparenta 22 años tiene más de un siglo viviendo no me quiero ni imaginar la edad de las personas maduras.

No quise seguir interrogando a las chicas pues me sentía un poco abrumada, aún había cosas que no sabía y tendría que preguntarle a los demás, pero todo a su debido tiempo.

Cuando Ilan regreso me cargó en su espalda y me llevo hasta la casa, me sentía demasiado cansada y mi cuerpo me pedía a gritos tumbarme a la cama y no despertar jamás.

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