El caballero azul.

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Se cuenta que muy lejos de los 10 reinos, más lejos del bosque de la tormenta, donde muchos creen que es el fin de aquel territorio, se encuentra el famoso imperio de las sombras, donde viven seres malignos y oscuros, que son gobernados por el rey demonio, un ser de otro mundo que reina ese imperio, pero eso solo son rumores.

En aquel mundo de fantasía, donde existían multitudes de criaturas, habían 10 reinos:
El Imperio del Fénix (humanos)
Los Caballeros Escarlata (mixto)
El Imperio del Lagarto (elfos)
La Gente de Roca (gigantes)
El Pueblo de madera (elfos)
El Reino de las Maquinas (duendes, hadas y gnomos)
El Castillo de plata (humanos)
El Imperio de hielo (mixto)
Las Criaturas del Sol (híbridos)
El Circulo Eléctrico (mixto)

En aquel territorio, varias facciones de individuos convivían en paz, y también existían ciertos grupos de saqueadores pero eso no rompía las alianzas entre reinos. Sin embargo, todo empezó a cambiar cuando se reportaron aldeas destruidas. Hay quienes decían que eran trolls, otros decían que eran gigantes, otros que dragones, pero otros, otros decían que eran sombras, sombras feroces y despiadadas que buscaban saciar su sed con muerte. Ninguna teoría se pudo comprobar por lo que, los diez reyes se reunieron y decidieron fortificar sus reinos.
Después de las tragedias parecía que todo se había calmado, pero es en este momento donde empieza la historia.

Era un día normal en el castillo del Fénix, los reyes guiaban al reino mientras que su princesa paseaba por los pasillos. La princesa Lizbet era la más bella de aquel reino y varios nobles se le declaraban, pero ella no tenía la mínima intención de casarse, ella solo quería divertirse antes de tomar el poder como reina y convencer a su medio hermano de tomar el poder con ella.
La princesa se movía mucho de un lugar a otro y le era difícil para su guardia Daw cuidar de ella. Ella y él se conocían desde niños y siempre se llevaron bien, jugaban juntos de pequeños y recibieron la misma educación por lo que casi nunca se separaban.
Lizbet subió al balcón y con ella Daw. Ella se asomó y empezó a ver el paisaje y luego él le empezó a hacer compañía.
-¿Oye Daw?- Le pregunto Lizbet -¿Crees que algún día encuentre a algún hombre que me ame?
-A ti se te declararon millones de hombres y a todos rechazaste.
-Sí, pero eso fue porque todos solo me querían porque era bonita y la princesa, pero yo quiero a alguien que me quiera, no me importa que sea un granjero o un caballero, mientras me ame y sea algo guapo-
-Tan típico de ti- dijo Daw mientras le hacía cosquillas.
-Yaa, vasta, no me hagas cosquillas- luego ella se tropezó y Daw la agarro. Se vieron a los ojos y luego ella regreso a su lugar un poco sonrojada.
-¿Daw? ¿Te puedo preguntar algo?-
-Claro- afirmo Daw.
-¿Por qué no quieres aceptar el puesto que mi padre te quiere dar?-
-No es por ser orgulloso, pero siento que es algo muy importante para alguien como yo-
-Pero tú siempre fuiste como un hijo para él, y a mi también me gustaría que tu fueras el príncipe-
-Me agradaría, pero siento que mi destino es otro, lo siento-
-Bueno, al menos lo intente- dijo Lizbet con una sonrisa -Pero al menos, tu eres mi caballero de pelo azul- dicho esto, ella lo tomo de la mano y ambos vieron un rato el paisaje. Pasaron unos minutos y regresaron al castillo y sin previo aviso un soldado grito "¡Dragón!".
Daw y Lizbet entraron rápido mientras los soldados defendían el castillo. El dragón era negro como el carbón y con ojos azules como el fuego, y era muy distinto a los que ya se conocían. El volaba sobre todo el castillo y parecía buscar algo, sin embargo, los soldados lo retrasaban pero no le hacían mucho daño. Fue en un descuido donde el dragón devolvió un cañonazo y destruyo parte del castillo, justamente por el pasillo donde Lizbet y Daw pasaban. Daw defendió a la princesa pero el dragón lo paso y con sus colmillos la tomo, pero eso no se iba a quedar así. Daw se montó sobre el dragón y lo derribo en la cima de castillo y al momento del impacto, el dragón soltó a Lizbet y Daw trato de alcanzarla, pero el dragón se le adelanto, por lo que desenfundo su espada y trato de atacarlo, pero el dragón, con un golpe de cola, arrojo su espada. Empezó a retroceder y lo único que se escuchaban eran los gritos de Lizbet. Daw corrió y antes de que el dragón empezara a volar, tomo a Lizbet de la mano e impedía que se escapara, pero el dragón la jalo fuerte y alzando a la princesa aprovecho a disparar una bola de fuego que lastimo a Daw, luego tomo a Lizbet con un colmillo y se la llevo volando.
Pasaron unos minutos y varios guardias llegaron a donde se encontraba Daw, lo cargaron y lo llevaron a la enfermería donde lo atendieron.
Su armadura quedo pulverizada pero su cuerpo tenía quemaduras leves, apenas notables.
No paso mucho cuando volvió a caminar, y sin retroceder fue camino a ver a los reyes. Le contó lo sucedido y ellos buscaron la forma de rescatarla y fue ahí donde Daw les dijo que el mismo iría a rescatarla y, aunque en un principio los reyes no estaban de acuerdo, él era el único que podía ya que era su guardia y no podían bajar la guardia ante otro ataque.
Daw se alisto, recogió su espada, la pulió, y luego fue a buscar una nueva armadura. Pidió acceso al cuarto prohibido, donde sabía que existía una armadura de acero mezclada con hierro oscuro, una armadura que no se debe de usar a la ligera ya que tiene cierto poder y los únicos que la usaron no soportaron, pero eso era un riesgo que Daw debía correr. Tomo la armadura y se la puso. Al momento de ponerse el casco, no sintió nada, no era más que una simple armadura con una gran leyenda tras de ella.
Salió del castillo y en el pueblo veía todo el caos que solo un dragón causo, aunque no habían muertos. Cruzo las puertas del reino y salió al campo. Todo era tan distinto afuera, habían más plantas y árboles que dentro del castillo, también habían otros pueblos aunque se veían muy lejos unos de otros.
Camino por unas horas hasta que encontró un pueblo cercano. Dentro de él, algunas personas lo veían raro por la armadura, por lo que se quitó el casco para dejar a la vista que él no era malo. Entro a una taberna y pidió un tarro de cerveza, y una vez satisfecho, se levantó y camino a la salida.
-Oye, niño lindo- le grito alguien -¿sabes que si quieres salir, también hay pegar? verdad.
-Yo ya pague. No tengo deudas contigo- dijo. Luego siguió su rumbo a la salida, pero dos hombres le bloqueaban.
-Así que no piensas pagar. Bueno, creo que tendremos que cobrarte a nuestro modo- se le acerco por detrás y con él otros cinco sujetos que al parecer eran acompañantes -¿Sabes con quien hablas?-
-Con un rico niño estúpido de papi-
-¿Cómo me llamaste basura?- dijo el tipo apretándole el hombro. Daw lo tomo de la mano y lo lanzo contra una mesa. Los amigos del tipo sacaron espadas y lo amenazaron, pero Daw, tentándolos a atacarlo, alisto sus manos para recibir los impactos. Los cinco tipos se abalanzaron contra él, pero uno a uno fue esquivando los espadazos hasta que golpeo a uno y le quito el arma, luego ataco a los otros cuatro provocándoles lesiones fuertes. Cuando los derroto fue con el primero, el cual ya estaba armado con una espada reluciente, y empezó un duelo. Iban casi parejos pero Daw logro lanzar su espada lejos y luego tomo al tipo del cuello y lo lanzo contra un muro. En ese momento lo acóralo y uno de los amigos del sujeto venia corriendo por detrás con una daga que pensaba clavársela a Daw, pero él se dio cuenta y con un golpe inverso lo desarmo y utilizo la daga para amenazar al líder.
-Por fuera me puedo ver como un ángel, pero por dentro corre la sangre de un demonio- soltó la daga y lo dejo en el suelo, luego pidió disculpas por el alboroto y se marchó, pero el sujeto tomo la daga y lo ataco por detrás, pero su impacto no logro penetrar en la armadura. Daw se volteó y con un golpe lo desarmo y pateándolo el estómago, le entero la daga en la pierna. El hombre sacaba fuertes gritos de dolor, pero a Daw ya no le importaba. Se retiró y paseo un rato por el pueblo para ver si había algo que le pudiera ayudar en su aventura.
Pasaron unas horas y encontró a un comerciante. Se acercó a él y este le mostró varios productos, entre ellos una espada. Era fuerte y ligera, casi parecía mágica, pero tenía un alto precio. Para Daw no era problema pagar pero el comerciante le ofreció un trato. Si él lo escoltaba hasta el siguiente pueblo de noche, le regalaba la espada. Daw acepto y llegando la noche partieron.
Se decía que aquel trayecto era muy peligroso, pero era el único camino para llegar a la ciudad vecina y en aquella ciudad la posibilidad de sacar buenos negocios es alta. Pasaron unas horas y la noche era tranquila, pero sin previo aviso, una flecha destrozo la rueda del carro y los detuvo. Luego salieron de unos arbustos un humano y una chica lobo, y desde un árbol un elfo. Los tres se acercaron con cuchillos y una espada. Trataron de robarles y al momento de quitarle una bolsa con productos, Daw saco su antigua espada y lastimo el brazo de la chica, luego con un golpe de retorno ataco al elfo que evadió el golpe, y luego el elfo saco su espada y lo ataco, destrozándole la espada, pero Daw saco su nueva espada y le hirió el rostro. Los asaltantes empezaron a irse, pero antes de lograrlo, Daw lanzo una flecha al humano hiriéndole la pierna. Lo recogió y pidió que lo llevaran para entregarlo y cobrar una recompensa. El sol empezaba a salir y ya estaban cruzando las puertas de la ciudad.
Primero fueron al cuartel de guardia real donde estaba el líder de la guardia y le entregaron al asaltante, dándoles una recompensa ya que pertenecía a una peligrosa banda de criminales. Luego fueron al centro y Daw le ayudo al comerciante a colocar su puesto y este le dio las gracias y la espada. También le regalo un pequeño amuleto el cual le dijo que le ofrecería protección contra las criaturas oscuras a la que él se enfrentaría.
Se despidieron y Daw busco un lugar para comer.
Terminando su comida salió de la ciudad y decidió continuar su viaje hacia el castillo oscuro, donde la princesa lo esperaba para volver a casa.

Dark Casttle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora