La bondad de la oscuridad.

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El sol salía y todos empezaban a despertar.
Los ocho ya estaban listos para partir, y con todas las cosas preparadas, partieron al siguiente pueblo que estaba a unas horas.
El camino era tranquilo, y a unos cuantos metros se podía ver el pueblo.
Habían caminado por horas, y ya querían descansar, pero no paso mucho cuando empezaron a llover flechas por todos lados.
Xarot cubrió a todos con una barrera mágica, y las flechas no pudieron lastimarlos. Luego salieron unos asaltantes acompañados de algunas criaturas oscuras. En el grupo de asaltantes había varias razas, tanto normales como oscuras. Salieron de unos árboles y arbustos, y rodeándolos con espadas y arcos empezaron a acercarse lentamente.
-Denos todo lo que tengan- decía un elfo oscuro -Si se resisten, los mataremos y nos llevaremos sus pertenencias-
Xarot no pensó mucho y decidió invocar un golem de hielo, pero no funciono debido a que ellos tenían otro golem de fuego con el cual derrotaron al golem de él. Sin mucha ventaja, Xarot creo una barrera mágica que los protegería por un rato.
-¡Cobardes!- gritaba un humano -¿Creen que ese escudo les salvara la vida?- luego empezaron a golpearlo hasta fragmentarlo.
Todos miraban como se fortalecían encantando sus armas y trajes, e invocando golems y dragones terroríficos.
Su tiempo se acababa, y el escudo no duraría mucho por lo que tendrían que pelear contra millones de enemigos.
Blup no entendía la situación, pero parecía un poco aterrada, y sin pensarlo tomo un frasco con una pócima de Xarot sin que él se diera cuenta. Su piel viscosa empezó a tomar un color morado con brillos, y cuando Xarot vio el frasco vacío, vio que se había tomado su mana de reserva.
El escudo se destruyó y todos los enemigos empezaron a abalanzarse contra ellos.
Gadea empezó a atacar a unos, pero sus armas la lastimaban, por lo que Froilán y Brais fueron a ayudarla. Blup trataba de pelear, pero no tenía experiencia y, aunque no la podían matar, realmente la lastimaban. Xarot y Lili apoyaban a Yamilet y Daw a distancia con hechizos y flechas, pero cada vez aparecían más asaltantes, como si fueran infinitos.
Sus armas y equipos empezaban a deteriorarse y acabar, y los enemigos parecían ser más y se volvían más fuertes.
Todo parecía acabarse para ellos, pero antes de cualquier derrota, una sombra gigantesca cruzo el cielo y después regreso dando vueltas alrededor de todos. Todos pusieron su vista en el cielo y vieron a un dragón negro y grande. Era el mismo dragón que había capturado a la princesa.
El dragón aterrizo y empezó a llenar de fuego todo el lugar, quemando a muchos de los asaltantes. Estos intentaron defenderse pero era en vano, el dragón resistía todos los golpes y flechazos que recibía, incluyendo los ataques de los otros dos dragones, a los cuales termino devorando.
Los asaltantes empezaban a tener miedo y varios trataron de retirarse, pero no lo lograron debido a que el dragón era más rápido y muy violento, tanto que empezó a aplastarlos con sus garras y luego los devoraba con sus dientes como si de manzanas se tratase.
Una vez terminada la matanza, el dragón volteo hacia Daw y los demás, y colocándose frente a ellos empezó a generar una bola de fuego en su cuello pero, Daw y Yamilet se colocaron frente a él, y sin importar lo dañado de sus armaduras y espadas, estuvieron dispuestos a defender a sus amigos.
El dragón retrocedió y apagando la flama en su garganta empezó a abrir la boca, y cuando trago el suficiente aire, soltó un rugido estruendoso que provoco que todos a su alrededor quedaran inconscientes.
Cuando despertaron, el dragón ya se había marchado y ellos estaban completamente solos. Se levantaros, y con la poca fuerza que aun tenían, caminaron hacia el pueblo, y al momento de llegar, unos guardias que estaban armados para enfrentar al dragón (si volvía), los ayudaron a llegar y los enviaron a una enfermería.
Sus heridas fueron atendidas y después de unos minutos ellos volvieron a la normalidad para continuar.
Mientras tanto, Lizbet comía un poco de sopa en una casa donde la habían invitado una familia normal del reino oscuro.
-¿Y de dónde vienes joven aventurera?- pregunto la señora de la casa.
-Bueno, yo vengo de un lugar lejos de aquí- decía Lizbet.
-¿Perteneces a uno de los diez reinos?- pregunto el esposo.
-Este... no, realmente no conozco estas tierras-
-¿Entonces de dónde eres?-
-¿De dónde vengo? Este... Yo vengo de un lugar más allá del mar...-
-Eso es imposible- dijo el señor -Más allá del mar no hay nada, solo el fin del mundo-
-No. Yo realmente vengo de ahí- afirmaba Lizbet -También creía lo mismo, pero termine aquí-
-Y cuéntanos, ¿qué clase de criaturas hay ahí?- decía la esposa.
-Es que son muchas, pero si tuviera que mencionar alguna diría que... (Vamos Lizbet, inventa algo o te mataran por engañarlos) Dragones... duende-
-¿Dragones duende?- preguntaron los dos.
-Sí. Son unos dragones azules y muy pequeños, y tienen cuatro ojos y dos pares de alas.
-¡Enserio! ¿No nos estas mintiendo?-
-Claro que no, no podría- decía Lizbet avergonzada -Muchas gracias por dejarme quedar en su casa este tiempo-
-No es mucho, pero nos agrada que lo aprecies-
-Perdónenme si ofendo a alguien pero, ¿por qué su rey no los ayuda?-
-El rey hace lo que puede, pero la gente de afuera no nos deja progresar-
-¿A qué se refiere?- pregunto extrañada.
-Hay más reinos, y todos ellos vienen a atacarnos, así que nuestro rey nos protege, aunque eso le cueste-
-¿Y por qué los atacan?-
-Ellos nos llaman monstruos, y solo viene a exterminarnos. Sin embargo, el rey es muy bueno, y ha ayudado a varias personas que lo han perdido todo, como a Alvar. ¿Te acuerdas de él, querido?-
-¿Cómo olvidarlo? Fue el mejor compañero que pudiera tener en la mina.
Siempre trabajaba y ayudaba a los demás, y no había día donde él no pensara en su familia. Algunos días trabaja horas extra para darles un pequeño regalo a sus hijos, y cada semana le compraba flores a su esposa, pero, cuando ella murió, la chispa de felicidad que lo rodeaba desapareció.
El rey lo ayudo, y lo albergo a él y a sus hijos en el castillo-
-De verdad lo siento- luego se levantó de la silla -Muchas gracias por la comida-
-No fue nada. Si alguna vez vuelves, recuerda que te aceptaremos con gusto-
Lizbet se despidió y continuo buscando una salida del reino.
Ya había convivido con tres familias distintas, y todas decían sobre las cosas buenas que hacia el rey, y también le decían lo mismo varias personas indigentes.
Ella había hablado con mucha gente, y todos eran amables con ella, sin saber que ella era una princesa, y Lizbet se sentía muy cómoda cuando estaba con ellos.
Muchas personas le ayudaron a encontrar un camino para salir del reino. Dos niños la empezaron a guiar hasta los fines del territorio y cuando llegaron, ella les dio las gracias y un poco de fruta que había comprado en el camino. Se despidió de los dos y empezó a caminar hacia los límites del reino.
Ella estaba saliendo del reino, pero atrás de ella se escucharon unos caballos, y cuando estos se detuvieron, escucho a los niños decir "Majestad".
Ella se dio la vuelta lentamente y Alvar se acercó corriendo a ella para abrazarla.
-Princesa ¿Estas bien?-
-¿Alvar? ¿Qué haces aquí?-
-Vine para que regresemos al castillo-
-Pero yo no quiero volver-
-Lo siento princesa, pero...-
-Yo me encargo, Alvar- dijo el rey, tocando el hombro de él.
-Sí, majestad-
-Lizbet, regresa al castillo, por favor-
-No quiero- decía tratando de escapar.
-¿Por qué no?-
-Quiero regresar con mi familia-
-¿Y crees que escapando lo conseguirás?-
-Si...-
-¿No sabes los riesgos que corres? Si te asaltaran en el camino, lo más probable es que te despojen de todo, te violen, e incluso te matarían. ¿Es eso lo que quieres?-
-No- dijo con los ojos llorosos y la cabeza baja.
-Regresa al castillo, y cuando venga Daw, mis tropas los escoltaran a su reino-
-¿Por qué te importa tanto Daw?-
-Es algo que solo él y yo sabemos *con voz calmada* ¿Entonces? ¿Volvemos al castillo?- extendió su mano hacia ella. Lizbet tomo su mano y luego tomo la de Alvar.
Ella subió al carruaje, y antes de irse, el rey les regalo unas monedas de oro a los niños y luego choco las manos con ellos.
Todos regresaban al castillo, y en el recorrido, Lizbet observaba todo el reino, y no era muy diferente al de ella.
Regresando con los aventureros.
Blup estaba jugando en el suelo con un trozo de papel. Liliet la veía y decidió acercarse para ver qué era lo que la tenía tan entretenida.
Ella la observo con un trozo de papel y al parecer había algo escrito en este. Ella le pidió a Blup si le permitía ver el papel y ella amablemente se lo dio.
Liliet lo empezó a leer, y aunque estaba incompleto, no podía creer lo que estaba escrito.
"Querido ____________ le quisiera notif____ sobre la situación actual.
_________________________ y Daw se encuentr_________ y no han cambi____ ruta"
-¿De dónde sacaste esto?- le pregunto Lili.
-Blup- dijo, señalando a Brais.
Las sospechas de Lili se habían hecho realidad. Brais era un maldito mentiroso. Lo más probable es que fuera un espía y que toda su historia la había inventado, pero antes de acusarlo por completo necesitaría reunir pruebas para demostrar su culpabilidad.

Dark Casttle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora